Museo Edo-Tokio, detalle de una maqueta – Foto de Matteo Bosi
Perla de Japón, ciudad única y heterogénea, Tokio es muy diferente a otras partes de Asia que ya hayas visitado o tendrás ocasión de visitar. En realidad, ocurre lo mismo con el resto de Japón, país de una cultura fascinante que ha mantenido gran parte de sus tradiciones a lo largo de la historia, hasta llegar a nuestros días provista de una única y excepcional modernidad.
Por lo general, tras llegar a Tokio, la estancia en la ciudad es demasiado breve para lo que ésta merece, pues tiene mucho que ofrecer para todos los gustos y exigencias: sus barrios se adaptan a las preferencias de cualquier turista, ya sea apasionado del manga, aficionado a los deportes y a las motos o sienta fascinación por los rascacielos y la majestuosidad de la metrópolis.
Por todo ello, Tokio no te decepcionará.
Cuándo ir a Tokio
El clima de Japón ofrece veranos cálidos y otoños y primaveras suaves, por lo que ambas estaciones son buenas para explorar la ciudad. No hay que olvidar que se trata de una zona lluviosa, donde la posibilidad de aguaceros aumenta desde primavera hasta mediados de otoño. En mi caso, visité Tokio en octubre y en muchas de mis fotos el cielo sale gris.
En algunas zonas la lluvia causa estragos, pero la ciudad no se vuelve impracticable como sucede en el Sudeste asiático. Por ello, basta con ir preparado y no dejarse el paraguas olvidado aquí o allá. Además, Tokio cuenta con un excelente servicio de transporte público, por lo que en los días de lluvia se puede optar por visitas algo más «secas».
Si quieres saber cómo visitar otros países del Sudeste Asiático, aquí encontrarás información sobre Birmania (Myanmar).
Mención especial merece la primavera. Con el transcurso de los años la tradición vinculada al florecimiento del cerezo (Hanami) se ha convertido en el sello de esta ciudad. Hay numerosos lugares donde encontrar estos maravillosos árboles en flor (si eres aficionado, en Japón hay gran diversidad de especies): desde jardines con un único árbol centenario que es el centro de todas las miradas hasta las orillas del Chidorigafuchi del Palacio Imperial, donde más de doscientos cerezos tienden sus ramas al agua. Sin olvidar el parque Ueno, de obligada visita, donde cada año se celebra el Festival del Florecimiento y sus senderos son tomados por hordas de lugareños y turistas.
Si planeas organizar tu viaje en la época de floración, debes tener en cuenta que Japón recibe innumerables visitas esos días y hay que reservar con mucha antelación. Esto implica también un aumento considerable de los precios. Este año, el inicio de la floración en la zona de Tokio está previsto para el 26 de marzo, alcanzando su máxima belleza (y afluencia de visitas) entre el 2 y el 10 de abril.
Una tienda de manga en Akiba – Foto de Matteo Bosi
Otra festividad de Japón que provoca la subida de los precios es la llamada Golden Week, que este año cae a finales de abril y principios de mayo. Es una fiesta nacional de varios días. Septiembre es también un momento crítico; a veces por decisión del calendario nacional, se convierte fácilmente en una Silver Week: hay dos días festivos que caen en la segunda mitad de septiembre (en 2016 son el 19 y el 22 de septiembre) por lo que habrá puente. En este caso, se puede aplicar lo indicado arriba.
Hay más fiestas, pero éstas dos son las que más influyen en la subida de precios y reservas de turistas Gaijin (extranjeros).
Cómo llegar
Tokio cuenta con numerosos vuelos intercontinentales. Las compañías que tienen las mejores ofertas son Aeroflot y Air China.
Desde China hay vuelos directos desde todas las principales ciudades; Shanghai ofrece las mejores tarifas con la super low cost Juneyao Airlines.
Al llegar al Aeropuerto de Tokio te harás una idea de cómo es la realidad que encontrarás fuera. Es inmenso, perfectamente organizado y funcional, con caminos señalizados hasta el punto de que la espera para recoger las maletas está organizada.
Pero sobre todo te darás cuenta de lo mucho que has echado en falta al «girador de maletas» en la cinta de retirada de equipaje: El encargado se asegura de que el asa de la maleta se encuentra en la posición correcta para que el pasajero que la espera pueda recogerla, disminuyendo el tiempo y las torpes maniobras a lo largo de la cinta mecánica.
El barrio de Ginza – Foto de Matteo Bosi
Los vuelos internacionales suelen aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Narita (Narita Kūkō, NRT) que se encuentra a 60 km de la ciudad. Cuenta con múltiples servicios y está bien comunicado con el centro. En cada terminal hay estaciones de transporte. Te aconsejo que llegues preparado al aeropuerto sabiendo de antemano dónde se encuentra tu hotel.
Elegir un medio de transporte u otro para llegar al centro no solo es cuestión de tiempo y de dinero (a veces la diferencia es irrisoria), sino de la necesidad de cambiar de medio de transporte y encontrarse dentro del metro japonés, el más saturado del mundo, en plena hora punta. Comprenderás, llegado a este punto, la dura realidad de las sardinas.
Las formas más prácticas de llegar a Tokio son:
- La línea Jr Narita Express (NEX): dos cada hora, una hora de viaje, conectada a Tokyo Station, 3.000 Yen. Hay descuentos con los billetes A/R o con el Japan Rail Pass.
- La línea Keisei Skyliner Airport Express: tres cada hora, 40 minutos de viaje, conectada con Ueno y Nippori, unos 2.500 Yen.
Se desaconseja el taxi porque el tráfico puede hacer que el trayecto dure más que si vas en tren y el precio se dispare. Puedes ahorrar dinero tomando las líneas menos rápidas de JR (JR Sobu Line Rapid Service) y Keisei (Keisei Limited Express), menos frecuentes pero a mitad de precio. También hay distintos tipos de autobuses (hasta los llamados limousine bus): el tiempo de recorrido es largo, pero el limousine bus para en los principales hoteles y tiene un precio similar a los trenes.
Para moverte entre los barrios de la ciudad, usarás seguramente el metro y el tren. Con tren me refiero a la línea denominada JR, no a la Tokyo Metro. Te aconsejo que consultes la página web del Metro de Tokio para más información sobre tarifas y calcular si te sale más a cuenta comprar el billete de día o el multi viaje; en cuanto a los trenes, debes visitar la web Japan Rail Pass. Valora bien esta segunda opción, sobre todo si vas a desplazarte a otros lugares, incluso fuera de Tokio.
Otra solución es utilizar la bicicleta para explorar parte de la ciudad. Hay zonas, como por ejemplo el circuito en torno al Palacio Imperial, que se cierran al tráfico durante los fines de semana y se prestan a una visita sobre dos ruedas. Yo lo hice siguiendo las indicaciones de Tokyo Great Cycling Tour.
Visado y divisa
Relájate: para entrar en Japón con fines turísticos y durante un periodo inferior a 90 días, no se requiere visado alguno con pasaporte europeo y la mayoría de pasaportes americanos (ver la lista aquí). Solo es necesario un procedimiento de registro al llegar consistente en sellar el pasaporte. Obviamente, tu pasaporte debe estar en regla y en curso de validez.
En cuanto a la divisa, el Yen es la única moneda aceptada. Se puede cambiar dinero en todas partes, antes de llegar o una vez allí. Se aceptan las principales tarjetas (Visa, MasterCard, etc.), incluso la Union Pay china. En restaurantes pequeños no esperes poder utilizar tu tarjeta de crédito, pero en el resto de sitios, incluso en tiendas de recuerdos, nunca he tenido problemas.
Asahi Beer Tower y Asahi Super Dry Hall – Foto de Matteo Bosi
Qué ver en Tokio
La mejor manera de organizar tu visita a Tokio es hacerla por distritos, pues cada uno tiene sus particularidades. Por ello he preferido dedicar un breve resumen a los principales distritos de interés turístico.
Distrito de Akihabara
Conectado por las líneas Yamanote y Sobu, reúne todo lo que un nerd siempre ha soñado con ver y/o comprar. La realidad se mezcla con la fantasía, pero sobre todo… con el manga. Es uno de los barrios donde podrás tener tu primeras experiencias de Cosplay (sobre todo los fines de semana).
Maid café y sala de juegos en Akiba – Foto de Matteo Bosi
Lo propio en Akihabara (o Akiba, más informal) es perderse entre los centros de electrónica y las tiendas especializadas en manga. Si te interesa, están muy de moda los Maid Café, donde jovencísimas camareras sirven y entretienen a los clientes imitando a las protagonistas de los manga, rozando a veces la provocación, aunque no todos los Maid Café son así. Para ese tipo de necesidades, existen numerosas sexy shop en el barrio…
Si tienes intención de comprar, te aconsejo que evites los grandes centros comerciales y busques mejores ofertas en tiendas más pequeñas.
Distrito de Asakusa
Conectado por las líneas Ginza y Asakusa, se define a menudo como el distrito de los templos, donde podrás visitar la Tokio histórica (la antigua Edo), completamente diferente a Akiba.
Las atracciones turísticas más famosas son el Templo Senso-ji y la puerta Kaminarimon con su gran linterna roja, que son los símbolos de Asakusa. El río Sumida atraviesa el distrito, donde se encuentra el edificio de la cerveza Asashi: no tiene nada de extraordinario, pero seguramente te preguntarás qué es ese imponente bigote dorado (Asahi Beer Tower y Asahi Super Dry Hall). En realidad, la Tokyo Sky Tree se eleva aún más; en los días de niebla, la cima se pierde entre las mismas nubes.
Asakusa – Foto de Matteo Bosi
En Asakusa puedes pararte a comprar recuerdos y el lugar más adecuado para ello es Nakamise, cerca de la puerta Kaminarimon. En la Nueva Nakamise también encontrarás souvenirs interesantes.
Distrito de Ginza
Está conectado por numerosas líneas de metro como Ginza, Hibiya y Marunouchi, y por la línea Yamanote. Ginza es el distrito de lujo por excelencia, famoso por sus edificios de firma y por sus caros productos. Aquí se encuentra la enorme Sony Store, además de varias tiendas de fotografía (Nikon, Canon y Laica, con sala de exposiciones). En Ginza está también el teatro Kabuki-za donde los turistas pueden asistir a espectáculos de obras kabuki.
Distrito de Harajuku
Conectado por la Yamanote y por las líneas Chiyoda y Fukutoshin, Harajuku es un barrio muy popular donde podrás disfrutar del Cosplay; la calle más transitada es probablemente la Takeshita dori, donde encontrarás muchas tiendas estilosas, originales y con productos a buen precio. Es uno de mis sitios favoritos de Tokio por la cantidad de snacks a la venta y por la variedad de personas que caminan por sus calles: la verdadera juventud japonesa, desfilando con uniforme o con atuendos kawaii muy originales, que jamás me atrevería a llevar. Un poco más adelante hay otra avenida, mucho más amplia que Takeshita, para compras de lujo: Omotesando. En general no recomiendo hacer este tipo de compras en Japón, porque todo suele ser más caro que en Europa, pero la avenida es muy bonita.
Harajuku y la Takeshita dori – Foto de Matteo Bosi
Distrito de Ikebukuro
Está conectado por las líneas Yamanote, Saikyo, Shinjuku y Shibuya y por las de metro Fukutoshin, Yurakucho y Marunouchi. No es de extrañar que la estación de Ikebukuro sea una de las más grandes y masificadas de Tokio. Este barrio no está entre mis favoritos, pues es un poco agobiante con su ambiente de metrópolis; es parada obligatoria si te interesa la arquitectura pues es sede de una famosa creación de Frank Lloyd Wright, el Jiyu Gakuen Myonichikan. A mí me gustaron más rincones verdes ocultos, como los jardines Rikugien.
Distrito de Marunouchi
Está conectado convenientemente por JR y metro mediante la parada Tokyo Station. En este distrito se encuentra una construcción al estilo europeo que imita la estación de Amsterdam y se distingue por su originalidad.
El Palacio Imperial desde el exterior – Foto de Matteo Bosi
En Marunouchi se encuentra también el Palacio Imperial, casa de la familia imperial de Japón; construido sobre las ruinas del Castillo de Edo y cuyo origen se remonta a la Restauración Meiji cuando la familia se trasladó de Kioto a Tokio. Solo puede visitarse dos veces al año (el 23 de diciembre y el 2 de enero), para acceder a los Jardines Orientales (Kōkyo Higashi Gyoen). El distrito fue el primer centro moderno de la ciudad y aún a día de hoy pueden admirarse edificios arquitectónicos que han hecho historia, como el Mitsubishi Ichigokan de estilo europeo y el Marunouchi Building, más moderno. Hay varias cafeterías de gran encanto que ofrecen comida al aire libre en los días de calor.
Distrito de Roppongi
Conectado por la línea Hibiya, es el distrito de vida nocturna sobre todo para los extranjeros: está lleno de gente hasta el amanecer y hay gran cantidad de discotecas, pubs, locales de toda clase de estilo occidental y música para todos los gustos. Piérdete en el Hard Rock Café y dirígete al Bauhaus, un lugar histórico de la Roppongi nocturna que solo los auténticos rockeros sabrán apreciar. Para abaratar costes los músicos de todas las edades que tocan aquí realizan también labores de servicio en barra. Así que no te sorprendas si el que te ha llevado las copas, salta al escenario tres minutos después y se arranca por AC/DC.
Un cantante en el Bauhaus de Roppongi – Foto de Matteo Bosi
Cuidado con los timos en Roppongi: aunque no es muy común, es fácil caer en estafas de barra debido al exceso de alcohol. No sigas a los relaciones públicas que te prometen locales impresionantes, mujeres fabulosas y ríos de alcohol: ¡son el gato y el zorro con la Isla de los Juegos que los convierte a todos en burros!
Antes de entrar en los pubs y discotecas, puedes disfrutar de una vista panorámica desde la Mori Tower o cena + película en Roppongi Hills.
Distrito de Ryogoku
Conectado por la línea Sobu, Ryogoku es el distrito del sumo, donde no solo tienen lugar los combates en el enorme Estadio de Sumo Kokugikan, sino que los luchadores se entrenan en las residencias de la zona. No es raro verlos por la calle y, si preguntas, es posible echar un vistazo al interior de sus moradas y verles en acción, engullendo comida. No los confundirás con la población local…
La estatua a la disciplina del sumo en Ryogoku – Foto de Matteo Bosi
Distrito de Shibuya
Conectado no solo por las líneas Yamanote y Ginza, es obviamente uno de los distritos más famosos de Tokio, adorado por los jóvenes, presidido por la estatua de Hachiko y usado como imagen (su famoso cruce) de la vida frenética de la metrópolis. Es otro de esos lugares donde no hay en realidad nada que ver, pero hay que «estar» al menos una vez en la vida para respirar la esencia de esta calle (y de Tokio). Aquí encontré mi restaurante de sushi preferido, Midori, donde descubrí que un sashimi de atún se deshace en la boca.
El distrito de Shibuya y la estatua de Hachiko – Foto de Matteo Bosi
Distrito de Shinjuku
Está conectado por las líneas Yamanote y Chuo, pero también por Marunouchi, Shinjuku, Oedo y Fukutoshin. Si Ikebukuro es una estación grande, Shinjuku es sin duda la mayor de todas. En una lista por orden no alfabético, Shinjuku ocuparía seguramente el primer puesto como distrito que mejor representa la verdadera impronta de Tokio.
Allí se alzan las torres del Tokyo Metropolitan Government Building, de más de 200 metros. Golden Gai es la calle de compras, muy animada de noche y también encontrarás los jardines más grandes de Tokio, Shinjuku Gyoen (la entrada es de pago y abre hasta las 16.30).
Junto a éstos, se encuentra también el barrio gay más famoso de Tokio, el Shinjuku Ni-chome (Nicho para los amigos), y el de luces rojas oficialmente auspiciado por la yakuza: es por eso que Kabuki-cho no es el lugar más tranquilo de Tokio ni el más recomendable, aunque no se puede escapar a su encanto.
Un pequeñísimo bar de Tokio – Foto de Matteo Bosi
Un inciso sobre Golden Gai: es un sitio especial para descubrir bares de estilo japonés. Te darás cuenta enseguida de que el espacio en esta isla y esta metrópolis se concibe de forma totalmente diferente. Y cuando salgas con amigos, descubrirás las tradiciones de sus microscópicos pubs, donde hay 5-6 taburetes en la barra y si quisieras podrías servirte tú mismo alargando el brazo. No son recomendables para claustrofóbicos y muchos no admiten gaijin. Son ambientes tan informales que algunos no están a gusto si hay extranjeros, por lo que nos se les permite la entrada.
Distrito de Shiodome
Conectado más cómodamente por las líneas Oedo, Asakusa y Mita de metro, no es uno de mis distritos favoritos porque encaja en la sección «metrópolis”, con enormes rascacielos que ofrecen panorámicas de la ciudad o sombra en los días soleados. Aquí encontrarás la copia de la Torre Eiffel, la Tokyo Tower, o la Nippon TV Tower y el Dentsu Building. La Tokyo Tower ha sido desbancada por la Sky Tree como una de las construcciones más altas del mundo (un récord en continuo cambio, sobre todo a este lado del mundo…)
La perla verde de la zona son los jardines de Hama Rikyu, ocultos entre los rascacielos. El centro espiritual es el templo Zojoji, famoso por su puerta centenaria.
Distrito de Tsukiji
El mercado de pescado de Tsukiji – Foto de Matteo Bosi
Conectado por las líneas Oedo y Hibiya, Tsukiji es famoso por su enorme mercado de pescado, donde cada mañana al alba se subasta el atún. Sin tener que despertarse al alba y dejando a un lado el tema del atún, el mercado es un lugar pintoresco para visitar: ten en cuenta que se trata de un mercado y aunque está bastante limpio por tratarse de Japón, hay agua por todas partes y un olor fuerte y penetrante.
Pero es un sitio curioso para perderse antes de dirigirse a uno de los muchos restaurantes de sushi que pueblan la zona y que se llenan cada mañana sin interrupción para desayunos, tentempiés y almuerzos (y que personalmente me parecieron más interesantes que las negociaciones para comprar y vender pescado…). Estos pequeños (diminutos) restaurantes se llenan enseguida y hay colas en la puerta.
Si tienes tiempo para esperar, no es mala idea ponerse en una de estas colas. En mi caso, que no tenía ninguna gana de esperar, vi la cara del maestro de sushi que estaba dentro y no me equivoqué. En general, dada la proximidad con el mercado y el ir y venir de los clientes, aquí se come el mejor sushi de Tokio y de todo el mundo.
Distrito de Ueno
Está conectado por las líneas Yamanote y Ginza. Visitarás esta estación si planeas viajar en Shinkansen, la alta velocidad japonesa, fundamental para llegar a Kioto. Ueno es conocido por su parque homónimo, que alberga un zoo, una cantidad incontable de cerezos y… museos, que mencionaré a continuación.
Te toparás con el mercado de Ameyoko, antiguo mercado negro de la ciudad y lugar de llegada de productos de importación de América (de ahí el Ame); ve de día y sin muchas pretensiones.
Éstos son los distritos más populares en las rutas turísticas. He tenido la suerte de pasar (casi de casualidad, lo admito) por la zona de Yanesen (Yanaka, Nezu y Sendagi), tres distritos interesantes porque durante la guerra no fueron objeto de bombardeos y conservan su fisionomía original casi intacta.
Además, junto a «tierra firme» está la Tokio acuática: Odaiba, donde se encuentra el centro de exposiciones y muchos otros edificios comerciales. Es una zona muy sugerente para pasear de noche, pero destacan sobre todo los archipiélagos de Izu y Ogasawara, lugares fuera de la ruta establecida, que aún ofrecen agua cristalina, paisajes sin contaminar y un inesperado clima templado.
No es suficiente dedicarle una semana a Tokio por su amplísima y adictiva oferta de museos, parques y templos.
Resto de distritos: del kawaii al izakaya
Como ya se ha mencionado en la descripción de los distritos, hay numerosos lugares para ir de compras y la oferta es muy variada, así que consulta esa información. En resumen: te aconsejo que no cedas a las compras de lujo de marcas de importación porque son extremadamente caras. Por el contrario, conviene dedicar tiempo a buscar artículos de electrónica de producción local, sobre todo si eres aficionado. En el edificio de Sony en Ginza se suelen exponer las novedades antes de su lanzamiento mundial, pero para comprar, Akiba es tu barrio. Como lo es si te interesa el universo manga, las salas de juego y el pachinko.
Una tienda de ropa en Harajuku – Foto de Matteo Bosi
La patria del “movimiento” kawaii es seguramente Harajuku, pero también hay numerosas tiendas de bicicletas, ya que Tokio es una de las ciudades donde mejor se puede circular en bicicleta que he visitado. Imperan los modelos de piñón fijo, hechos a gusto del cliente.
Para apreciar Tokio de noche, te aconsejo que des una vuelta por cualquiera de los distritos que ofrecen una animada vida nocturna, porque todos tienen su encanto. Shibuya es una buena opción para la noche, pero Roppongi la supera; y, obviamente, no dejes de lado Ginza y Shinjuku con su Golden Gai.
Recuerda no limitarte al sushi porque hay muchas especialidades japonesas. Puedes visitar el lugar que inspiró a Tarantino para «Kill Bill»: se llama Gonpachi Nishiazabu y por su ambiente, es un local muy particular. ¡Recuerda reservar! Otro consejo es meterte en calles estrechas en hora punta y abrir cualquiera de las puertas correderas donde hayas visto entrar a japoneses encorbatados. Es muy probable que puedas saborear un buen plato de soba, udon o tempura.
Además, también puedes probar los izakaya, pubs donde la gente queda al salir del trabajo, que sirven comida y aperitivos pero en un ambiente más informal. La combinación sake + edamame era una de las que más me gustaban al caer la noche en Tokio.
Si te apasionan los museos, Tokio te dejará sin aliento. Hay demasiados museos para resumir en esta guía, así que solo mencionaré los más importantes; sin embargo, existe una amplia oferta sean cuales sean tus gustos (fotografía, ciencias, trajes…).
Para que te hagas una idea, solo dentro del parque Ueno hay cinco, además del zoo (El Museo Nacional, el Museo Nacional de Arte Occidental, el Tokyo Metropolitan Art Museum y el Museo Nacional de Ciencias). El Museo Nacional es de capital importancia, así como el Museo Edo-Tokio que gustará también a los niños por sus reconstrucciones populares. En cuanto a aficiones más personales, hay que citar el Museo Ghibli que expone lo mejor de la producción del estudio de animación japonés (MB: cerrado hasta julio) con quien compite la Toei Animation Gallery, pero sin resultado (también cerrado por reformas). Para entrar al Museo Ghibli hay que reservar con mucha antelación.
Las empresas históricas japonesas cuentan con galerías para exposiciones, como es el caso de Sony, Nikon y Canon, pero también Mitsubishi (dentro de la Ichigokan). Si no quieres ir de un lado a otro y te interesa el arte moderno y contemporáneo, en Roppongi, hay tres galerías destacadas, muy cerca unas de otras: el Museo Mori, el Centro de Arte Nacional y el Museo de Arte Suntori.
Otro consejo para quien quiera embriagarse de música en vivo y cine es ir al distrito menos conocido de Shimokitazawa. Ha sobrevivido a duras penas a la modernización y es un paseo interesante desde el punto de vista arquitectónico. Pero lo mejor son los locales con música en directo, las tiendas de segunda mano, los teatros y el movimiento hipster de Shimokita. Todo un lujo.
Flor de loto en el Parque Uenoo – Foto de Matteo Bosi
Y terminamos con los parques y jardines: cada rincón verde es digno de admiración, pues la cultura paisajística japonesa lo hace único y perfecto. Pero si debes elegir, los jardines Rikugien en Ikebukuro son mis favoritos. Si buscas flores de cerezo, ve al Parque Ueno, a los jardines Shinjuku y al Chidorigafuchi del foso que rodea el Palacio Imperial. Si prefieres una zona más escondida y mágica, los jardines Hama Rikyu destacan por su ubicación y mantenimiento. Los colores cambian claramente con las estaciones.
Toda la zona de Tokio está rodeada de montañas, situación perfecta para los amantes del trekking, así como lugares que a veces esconden historias inquietantes por su carácter oculto e impenetrable. Es el caso del bosque de Aokigahara, también llamado Bosque de los Suicidios por los terribles sucesos que a menudo suceden allí.
Dónde pasar la noche
La estancia en Tokio es bastante cara. Incluso los precios de los albergues están por encima de la media. No intentes comparar los precios de otros lugares de Asia con los de Japón y Tokio en particular, pues te decepcionarías. Piensa más bien en un viaje a Suiza o a Nueva York.
Al elegir alojamiento debes tener en cuenta dos factores: el tipo de alojamiento y el distrito, pues ambos influyen bastante en el precio.
Éstos son los tipos de alojamiento que encontrarás:
- De estilo japonés, o futón desenrollado sobre tatami; en otras palabras, dormir en el suelo. Se va descalzo y no hay mesas con sillas, hay que sentarse en el suelo. Es una experiencia muy cultural y tradicional, pero que no está hecha para la columna vertebral occidental durante varias noches seguidas. A esta sección pertenecen los maravillosos Ryokan y Minshuku que son difíciles de encontrar en pleno centro de Tokio: son alojamientos típicos japoneses donde se exige cumplir las reglas de la casa. A menudo incluyen la comida. En la ciudad se puede vivir una experiencia similar alquilando una casa.
- De estilo occidental: con camas como las conocemos. Hay hoteles para todos los presupuestos, aunque los de mayor disponibilidad no suelen ser alojamientos “económicos”. Al bajar el precio, bajan también los metros cuadrados de habitación: mi experiencia personal en un albergue en Tokio incluyó un cuarto de baño del mismo tamaño que el de un avión. Solo cabía una persona y era a la vez ducha y retrete: no lo recomiendo.
- De estilo original, o que podrás encontrar solo aquí. A esta categoría pertenecen los famosísimos hoteles cápsula, desaconsejables por completo para quienes sufran de claustrofobia. También los manga café ofrecen alojamiento, pero resulta difícil para un gaijin tener acceso a ellos porque casi nunca son bilingües.
Estación de Tokio de estilo europeo – Foto de Matteo Bosi
En cuanto a los barrios para pasar la noche, Ikebukuro, Ueno y Asakusa son los que ofrecen mejores precios; también hay alojamiento al estilo tradicional. Shibuya y Shinjuku cuentan con múltiples servicios, por lo que son zonas estupendas pero el precio de media es más alto. Te aviso sobre un detalle: Si el hotel indica que el check-in es a las 15:00, no trates de llegar a las 14 y esperes la comprensión del recepcionista. Aquí no se hacen excepciones. Y esta máxima vale para todas las reglas escritas e implícitas de Japón.
Clica aquí para ver las mejores ofertas para pernoctar en Tokio.
Brechas culturales
Dejo ahora un pequeño manual recordatorio de lo que son las normas sociales a tener en cuenta, pues los japoneses son bastante estrictos con este tema (aunque no habrá ninguna condena social directa de no seguir las reglas…).
Lo más importante, sé discreto: por la calle, en lugares públicos, en restaurantes, en los sitios donde te alojes. No les suele gustar que se hable en voz alta, los aspavientos ni el contacto directo. Incluso al sonarse la nariz, es mejor hacerlo con disimulo y las muestras de cariño entre novios mejor dejarlas para horarios más libertinos o a puerta cerrada. Además, en Japón se exige una cierta cortesía: en otras palabras, no hay que empujar en pasos de peatones ni en el transporte público, hay que ceder el asiento a quien corresponda, dejar paso a quien va con prisa en las escaleras mecánicas y respetar la zona de espera del andén en los transportes públicos.
Sushi – Foto de Matteo Bosi
En la mesa valen las mismas reglas para los palillos que en el resto de Asia, añadiendo que suelen ponen un par de palillos al servir platos comunes. Un maestro del sushi me comentó que no estaba tomando el sashimi correctamente: para empezar, el sushi y el sashimi no se muerden. El sushi se puede tomar con las manos y el sashimi no se moja demasiado en la salsa de soja porque es señal de que no te está gustando el pescado, ni se echa mucho wasabi en la salsa de soja por el mismo motivo. En el caso de los nigiri sí está permitido sumergirlos en la salsa por ambos lados, pero no demasiado. Si eres un poco torpe con los palillos, no se reirán de ti, tranquilo.
Recomiendo también el uso de los baños públicos que en Japón están muy bien cuidados. Las letrinas se pueden utilizar (!!!!).
Atención si eres fumador: me atrevería decir que los fumadores en Japón son un gueto, para deleite del resto. En la calle está absolutamente prohibido fumar, excepto en áreas delimitadas y bien definidas, cerca de los contenedores de basura. No se puede fumar libremente en ningún otro lugar a menos que esté específicamente indicado. ¡Y ni se te ocurra tirar una colilla al suelo! En los locales, depende, pero a menos que esté señalizado, ¡considéralo ley marcial!
Prohibición de fumar por la calle – Foto de Matteo Bosi
Éstos son los detalles más importantes; no he añadido las reglas habituales de los templos y otras más específicas que pueden aprenderse por imitación… o a las que no están obligados los gaijin.
Ya estás listo para sumergirte en Tokio, pero no olvides que perderse es la mejor manera de descubrir su verdadera naturaleza. ¡Buen viaje!