Cómo traducir del chino a español: la guía completa

Cómo traducir del chino al español

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Esta guía ha sido escrita por nuestros dos expertos en chino: Aldo Terminiello y Armando Turturici. La primera parte la escribió Aldo, mientras que la segunda, la escribió Armando. ¡Disfruta de la lectura!

Introducción: la traducción en China

La traducción, en China, ha sido de vital importancia en muchos momentos clave de la historia. Por ejemplo, en el siglo II, cuando el budismo llegó a la Tierra Media y era necesario traducir textos sagrados del sánscrito; en el siglo XVII, cuando las misiones cristianas (especialmente los jesuitas) tradujeron textos sagrados al chino, pero también al latín los textos clave de la literatura china para aprender más acerca de la civilización que iba a ser evangelizada.

En el siglo XIX y principios del XX, China se dio cuenta de su retraso tecnológico en comparación con el resto del mundo y sintió la necesidad de importar muchos textos científicos y literarios, dando lugar a una tercera gran ola de traducciones al chino.

Durante la primera mitad del siglo XX, la traducción de textos rusos con fines revolucionarios fue de gran importancia y puede considerarse el cuarto período de floración de la traducción al chino.

Durante estos períodos, existía la necesidad de importar conocimientos y ponerlos a disposición del pueblo chino en su propio idioma. Se trataba de traducciones que tenían un propósito religioso, ideológico o cultural, un fin principalmente utilitario, que también se refleja en las teorías de traducción elaboradas en esos períodos, manuales que simplemente explicaban «cómo traducir bien».

Hoy la situación es muy diferente: las necesidades comunicativas hacen que la traducción se produzca cada vez más en ambas direcciones.

Traducir del chino

“¡Con Google Translate es suficiente!” Es la respuesta que he recibido, más o menos en broma, al mencionar los problemas que he encontrado a la hora de traducir del chino. Podría ser verdad: en algunos casos, el traductor automático funciona muy bien, como con las instrucciones para lavar una camisa o armar un mueble.

Aunque apuesto a que tú también habrás encontrado, a veces, traducciones extrañas en ropa, en los folletos de objetos hechos en China o en las famosas «galletas de la suerte».

En la mayoría de los casos, las cosas no son tan fáciles: la traducción de un idioma a otro es siempre un proceso complejo, pero en el caso del chino puede ser incluso más difícil de lo esperado. Para mantener la creatividad, la idoneidad y la legibilidad del texto original, a menudo es necesario que el traductor haga elecciones, adaptaciones, adiciones o recortes, convirtiendo la traducción simple de un idioma a otro en reescritura.

Y puede que este ejemplo se adapte a la perfección a la lengua china: al igual que la adaptación cinematográfica de una película puede contar la misma historia, pero con imágenes, sonidos, movimientos y luz en lugar de palabras, un texto escrito en chino, con sus ideogramas, su estructura «intuitiva» y reglas gramaticales más bien «discutibles» se puede transformar en un texto escrito en un idioma como el español, donde cada tiempo verbal tiene su función precisa, se explica cada matiz y las normas son férreas aunque haya algunas excepciones.

Básicamente, hay dos operaciones fundamentales que se deben realizar al traducir: entender el texto original y reescribirlo.

En la primera fase, por lo tanto, lo fundamental es comprender lo que el autor del texto quiso decir, por qué eligió unas palabras y no otras, cuál es su estilo. Luego pasamos a reescribir el texto, tratando de «integrar» esas ideas, conceptos, historias, con otras palabras, pero manteniendo la esencia lo más intacta posible.

Yan Fu (严复 Yán Fù, 1853–1921) sostenía que hay tres desafíos al traducir un texto: el primero es mantener la fidelidad 信 (xìn) al texto original; el segundo es expresar con claridad 达 (dá) y elegancia 雅 (yǎ).

En este artículo, buscaremos soluciones para una traducción equilibrada, que dé el significado original al lector del texto traducido, tratando de entender cómo es posible transmitir el significado original de un idioma a otro tan diferente y manteniendo la forma y el estilo.

Fase uno: comprender el texto

1. Buscar las palabras conocidas

Una triste realidad para quienes estudian chino, incluso durante muchos años, es que en cada texto nuevo siempre habrá palabras nunca vistas antes. Una buena estrategia para ayudar a entender el texto es identificar primero las palabras conocidas: a veces es suficiente para hacerse una idea del significado del texto en general y también de la función que tendrán las palabras desconocidas.

En un texto chino, los caracteres no están separados como nuestras palabras: una dificultad importante para los principiantes, aunque algo menos para quienes ya conocen una buena cantidad de caracteres. Dejando a un lado los textos clásicos que carecen de puntuación, sin embargo, en la era moderna, esta suele usarse de una manera muy «arbitraria» (espero no ser el único que ha encontrado párrafos enteros con un solo punto final).

Pero, ¿qué hay que buscar primero? Yo comenzaría por las palabras con función gramatical como (的、得、地), 了 (le), 过 (guo), las partículas 吗 (ma), 吧 (ba), 呢 (ne), conjunciones y adverbios de uso frecuente como 但是 (dànshì), 可是(kěshì), 而且 (érqiě), 非常 (fēicháng) o 比较 (bǐjiào).

Al localizar estas partes del discurso, haciendo círculos o marcándolas para separar «bloques» en los que se puedan dividir las frases, ya podrás hacerte una idea general de la estructura del texto que tienes delante.

Es fácil encontrar los numerales, que a menudo indican el momento en que transcurre la acción: a veces, cuando al principio del texto dice que algo ha ocurrido «hace tres años», se da por sentado que toda la historia ocurre en el pasado.

Una dificultad adicional de los chinos es que no hay conjugaciones ni declinaciones: por un lado, esto simplifica en gran medida la gramática, pero al traducir, hay una tremenda ambigüedad que hay que remediar, porque a menudo en español hay que indicar los tiempos verbales y la concordancia entre las partes de la oración.

Otro truco es buscar caracteres repetidos, que muy probablemente serán las palabras clave del discurso en cuestión.

Algo clave es recordar que las palabras en chino no tienen una función gramatical exclusiva. La misma palabra puede ser verbo, adjetivo, sustantivo o adverbio.

Cuando en inglés encontramos una palabra que termina en -ing, podemos pensar con razón que es un verbo (aunque el pudding es un dulce no muy sabroso); en español, una palabra que termina en -mente probablemente sea un adverbio, solo por poner dos ejemplos.

En chino, no tenemos esa certeza. De hecho, una de las diferencias fundamentales con nuestro idioma es que las palabras a menudo pueden cumplir cualquier función dentro de la oración.

Pongamos un ejemplo sencillo: 好 (hǎo), bueno/bien, es uno de los primeros caracteres que se aprenden.

Ya sabrás que 你好 (nǐ hǎo), que traducimos como «hola», literalmente significa
“tú (estás) bien”; 好吃 (hǎochī) es bueno (de comer), 好看 (hǎokàn) es bello (“bueno de ver”), 好玩儿 (hǎowánr) significa divertido (“bueno de jugar”), pero en una expresión como 好贵啊 (hǎo guì a!) significa “cuanto”, “muy”: wow, ¡cuánto cuesta!

Si por el contrario decimos 这个问题好回答 (zhège wèntí hǎo huídá), que significa «esta pregunta es fácil de responder», entonces 好 quiere decir “que se hace fácilmente”, pero en una oración como 我做好了 (wǒ zuòhǎo le) expresa la finalización de la acción (“he terminado”, literalmente “he hecho con un buen resultado”).

En una oración como 他好表现自己 (tā hào biǎoxiàn zìjǐ), 好 se pronuncia en el cuarto tono y es un verbo, amar: «le encanta presumir». Por último (pero sólo porque no podemos alargarlo demasiado), puede ser parte de otras palabras, como 爱好 (àihào), hobby, 好像 (hǎoxiàng), sembrar, 好处 (hǎochu), ventaja, etcétera.

Todo esto para decir que hay dos aspectos que deben entenderse de cada palabra: la función y el significado. Cada carácter/palabra puede tener muchos significados, incluso contradictorios y cumplir más funciones dentro del discurso, por lo que conviene ayudarse de las palabras más comunes y «precisas» para poder entender en el texto que estamos traduciendo cuál de esas funciones desempeña y cuál de los significados es el más adecuado.

Volviendo a nuestra «investigación», los nombres propios en español se caracterizan por la mayúscula, mientras que en chino no hay nada parecido, y a menudo, tres caracteres sin ninguna conexión de significado entre ellos componen un nombre propio. Mientras más caracteres haya con una combinación absurda de significados, más probable será que se trate de la transliteración de un nombre extranjero.

2. Buscar las palabras desconocidas

Una vez que hayas identificado las palabras conocidas, solo tienes que coger el diccionario (o simplemente Google Translate, también disponible en español, o Pleco, una aplicación de chino-inglés muy útil) y buscar las palabras que faltan.

Es aconsejable anotar, tal vez sobre el texto en sí, los significados que se consideren más relevantes para el texto y las posibles traducciones, para luego poder elegir la palabra más adecuada en español sin tener que volver a buscarla en el diccionario.

A veces algunas palabras formadas por varios caracteres pueden no aparecer en los diccionarios porque son demasiado nuevas o fueron acuñadas por el autor del texto: en esos casos a menudo sólo tienes que buscar los caracteres por separado para hallar el significado de la palabra entera.

Si el texto tiene título, lograr traducirlo puede ser de gran utilidad, porque al ser el chino un idioma un poco ‘críptico’, no se comprende a la primera y es necesario leer al menos el primer párrafo para ser capaz de interpretarlo.

Un consejo muy útil es no detenerse a la primera dificultad: si no puedes traducir una oración, pasa a la siguiente para comprender el significado de la anterior.

3. ¡Pedir ayuda!

Los profesores y los amigos chinos pueden brindarnos una última ayuda para explicarnos el significado de algunas expresiones que no entendamos. A menudo no comprendía un texto porque necesitaba leer un libro o saber un proverbio que tal vez esté muy extendido en China pero que, por alguna razón, aún no había estudiado.

Obviamente, Internet y especialmente Baidu pueden ayudarnos con la inmensa base de datos de posibles oraciones y ejemplos. Si no podemos entender lo que significa una palabra en la oración, basta con volver a buscar y, con toda probabilidad, podremos entender el sentido de esa expresión basándonos en otra oración que la contenga.

Una vez que se ha comprendido el significado del texto (en mi caso habrá un lío de notas, flechas y posibles significados), ¡podemos pasar a la segunda fase!

Fase dos: reescribir el texto

¿Qué hay que hacer cuando reescribes un texto en tu idioma? Para Yan Fu, expresarse con claridad y elegancia sin dejar de ser fiel al texto original. A menudo vemos textos traducidos que están «construidos» siguiendo la estructura del idioma original, no están escritos en un español «original» o parecen «extraños»: esto es porque, a veces, los que los traducen se sienten demasiado atados al texto original y olvidan que su deber es traducir, pero también «reescribir» para que la traducción sea agradable de leer en español.

Pero, ¿cómo se hace?

Una ley fundamental que encontré en el libro «Thinking Chinese Translation» de Valerie Pellatt y Eric T. Liu es que «no debe existir el ‘no puedo’ para el traductor»: ¡el traductor es libre de hacer cualquier cosa! Veamos juntos, en detalle, qué se puede hacer exactamente para que la traducción sea lo más agradable posible de leer.

1. Recomponer el texto

Quien traduce debe tener libertad para reconstruir la frase, cambiando, por ejemplo, lo que en chino está al final si en español es necesario ponerlo al principio o si es más claro, legible o elegante así.

Obviamente, esto no se limita a la frase: si una oración es demasiado larga, puede dividirse en fragmentos más cortos. Por el contrario, si hay una gran cantidad de frases cortas podemos unirlas para formar una oración más compleja si pensamos que en español «lo diríamos así».

2. Añadir, quitar, ampliar, reducir y sustituir

Aquí no hablamos de una posibilidad: cualquiera que haya traducido alguna vez del chino lo ha hecho, incluso sin pensarlo. Añadimos artículos, preposiciones, terminaciones y tiempos verbales que en chino no existen porque en español no podemos prescindir de ellos, o de los sujetos o verbos que estaban implícitos en el texto original. O añadimos explicaciones adicionales que no estaban en el texto que estamos traduciendo (a veces agregando una nota), porque son necesarias para el lector español.

Del mismo modo, eliminamos, por ejemplo, verbos o adjetivos duplicados, ya que en español no es necesario repetirlos, o los sustituimos por otras expresiones que darían sentido a la duplicación.

Por ejemplo, la frase 去看看 (wǒ qù kànkan) se puede traducir como “voy a ver un momento”.

Eliminaremos también, sin piedad ni remordimiento, todas esas expresiones que “hacen más pesada”’ la lectura, a veces incluso trozos enteros de texto: Si piensas que al lector español le sobrará, recorta.

A menudo, sin darnos cuenta, también «alargamos» las frases originales para explicar mejor o las contraemos porque en español no es necesario insistir tanto en algo que, tal vez, se ha dicho antes. No se trata de añadir o eliminar, sino simplemente de «alargar» o «contraer» algo que ya está presente en el texto original, en una palabra “adaptarlo”.

El traductor también puede reemplazar las expresiones originales por otras más correctas en su idioma, si esto no cambia lo que el autor quería decir en el texto original. En general, debemos buscar la equivalencia funcional (o pragmática), es decir, encontrar una expresión que se corresponda con lo que uno diría, en la misma situación, utilizando el propio idioma.

Por poner un ejemplo de equivalencia funcional, 晚安 (wǎn’ān) significa literalmente “noche tranquila”, pero es el equivalente funcional de nuestro “buenas noches”. Al traducir a una persona que le dice a su hijo 晚安, no lo traduciríamos como “noche tranquila”, sino que usaríamos el equivalente funcional en español, “buenas noches”.

Del mismo modo 吃饭了吗? (chīfàn le ma?) muy a menudo no significa literalmente “¿has comido?”, sino simplemente “¿cómo estás?”, “¿todo bien?”.

3. ¡Elegir!

El autor tiene la posibilidad, el deber y la responsabilidad de elegir. A menudo no es posible captar todos los matices de una palabra y es necesario elegir una; podemos encontrar varios sinónimos para el mismo término, y debemos elegir el más adecuado; podemos cambiar una oración de forma radical o ligera, en función del efecto que queramos dar, y luego elegir también el estilo.

En general, cuando tratamos de traducir una expresión, pueden presentarse tres situaciones:

  • Existe una traducción directa y equivalente de lo que estamos tratando de traducir: sin problemas y sin dolores de cabeza.
  • Existe una expresión similar aunque no igual, pero que mantiene el sentido original hasta cierto punto, incluso la forma utilizada por el autor (por ejemplo, un verbo similar al original, pero que también tiene otro significado que no se corresponde del todo). Aquí habría que pensárselo un poco.
  • No hay una expresión equivalente. ¿Qué hacemos? Tenemos varias opciones. Podemos hacer una perífrasis, cambiando por completo la estructura de la oración y el texto; traducir literalmente, añadiendo una explicación (en el texto, entre paréntesis o en una nota) para ayudar al lector a entender el texto. También podemos hacer una traducción libre, distorsionando el texto original en su forma, pero tratando de mantener su significado.

Pongamos un ejemplo con una traducción bastante complicada, la de un proverbio, y veremos cómo puede traducirse: 正月十五贴门神—晚了半月 (Zhēngyuè shíwǔ tiē ménshén—wǎnle bànyuè)

1. Traducción literal: (Es como) colgar imágenes de deidades guardianas en el decimoquinto día del primer mes lunar, medio mes tarde.

2. Sustitución con un proverbio diferente: En Inglés se podría traducir como “it’s like shutting the door after the horse had bolted” (es como cerrar la puerta del establo después de que el caballo se haya escapado).

3. Traducción anotada: Es como colgar imágenes de deidades guardianas en el decimoquinto día del primer mes lunar, medio mes tarde. (Nota: según la tradición china, las imágenes de las dos deidades guardianas se cuelgan en la entrada de la casa en el día del Año Nuevo Lunar para protegerla durante el próximo año).

4. Traducción explicativa: Es demasiado tarde, como colgar imágenes de las deidades guardianas para invitarlas a proteger la casa durante el año que viene en el decimoquinto día del primer mes lunar en lugar de durante el Año Nuevo.

5. Traducción libre: Ya es demasiado tarde.

Cada elección tiene sus consecuencias. La sustitución mantiene la característica de «lenguaje metafórico», encontrando un equivalente funcional de la expresión utilizada en chino. Sin embargo, el cambio de la imagen metafórica provoca un distanciamiento de lo escrito por el autor, por lo que en el caso de la traducción de un texto literario, no es una buena opción, mientras que en otros casos (por ejemplo, en una guía turística o un texto sin autor), no supone un problema.

La limitación obvia de la traducción literal es la necesidad de que el lector tenga ciertos conocimientos para comprenderla. Puede ser una buena opción si ya sabes que el lector tiene los conocimientos necesarios para entender el significado de la frase (si, por ejemplo, ya se ha explicado anteriormente, o los lectores son un público selecto de expertos en la cultura china).

La traducción anotada te permite mantener el texto lo más cercano posible al original, pero facilitando la información que pueda ser necesaria para una correcta comprensión. Tiene la ventaja de no «interrumpir» la lectura si el lector no necesita explicaciones y tenerlas a mano en caso de necesidad.

La traducción con explicación en el texto lo alarga, pero proporciona toda la información necesaria durante la lectura, por lo que es más fluida. Podría ser un problema si no deseas o puedes ampliar el texto o si la información añadida lo hace más pesado.

La traducción libre suprime el elemento metafórico y simplemente explica su significado. Puede ser una buena opción en textos no literarios donde la imagen utilizada no es importante sino solo lo que se quiere comunicar.

Obviamente, el texto a traducir determina la elección de cómo se traduce: en una novela primará el estilo del autor, mostraremos la cultura china en lugar de «adaptar» demasiado el texto. En una guía turística, sin embargo, podemos optar por la equivalencia funcional y limitarnos a decir las cosas como haríamos en español.

Advertencia

El traductor es libre de hacer todo lo que hemos indicado, pero no hay que olvidar que su deber es ser fiel no solo al sentido original del texto, sino también al estilo, lo que significa que no basta con reescribir lo que escribieron los autores originales, sino que debemos intentar, con las precauciones apropiadas, restituir el modo en que se escribió.

El traductor tiene una gran responsabilidad. Y tú, que probablemente hayas clicado este artículo porque ya habías intuido que es así, estarás de acuerdo conmigo en que no “basta con Google Translate”.

La paciente labor del traductor

Tras haber leído la parte de Aldo, ahora me toca a mí, Armando. Disfruta de la lectura.

Traducir cualquier idioma es, sin duda, un trabajo difícil que requiere mucha paciencia y una fuerza de voluntad notable. Una palabra clave muy importante para cualquier traductor es “leer”. Antes de comenzar cualquier traducción, se debe leer dos o tres veces con detenimiento el texto original.

Hay que leer con cuidado y paciencia, y debes hacerlo en voz alta para tratar de sacar cualquier figura sonora y poder sumergirte en los diversos matices. ¡Leer en voz alta es esencial! Cuando, al leer en voz alta, torzamos la nariz por la forma en que hemos escrito algo, significará que hay que cambiarlo.

El buen traductor debe conocer muy bien el idioma de origen (chino, por ejemplo) y debe saber aún mejor el idioma de destino que debe ser su lengua materna. Por ello, te sugiero que te armes con herramientas indispensables como manuales de gramática, diccionarios de colocaciones, etc.

Además, el traductor también debe tener paciencia en otro aspecto: dado que no hay correspondencias idénticas entre diferentes idiomas, el traductor debe estar dispuesto a negociar. La traducción obliga a elegir. No es “decir lo mismo en otro idioma”, sino, como dice Umberto Eco, “decir casi lo mismo”.

De hecho, a veces, traicionar un texto es la única forma de serle fiel. Además, un traductor debe ser consciente de que cada idioma puede tener diferentes formas: puede usar un estilo cortés, prosaico, formal, informal, coloquial, grandilocuente, sin adornos, literario, vulgar, etc.

Por lo tanto, un traductor debe actualizarse constantemente y contar con herramientas válidas que le permitan trabajar de la mejor forma posible. Las herramientas son indispensables porque ningún traductor puede tener un conocimiento total.

Traducir del chino: sugerencias de traducción

En chino, para el verbo traducir se usa el carácter 翻 (fan) “invertir, cambiar”, pero que también significa “multiplicar”. Lo que escribí antes es aún más cierto en el caso del idioma chino: hay que invertir, cambiar un texto del chino para lograr una traducción adecuada.

Para traducir bien del chino, la única solución es hacerlo durante años y años, no hay atajos. Hace falta mucha experiencia. Para los estudiantes de chino, preferiblemente avanzados, señalaré a continuación algunos puntos que pueden ayudar al traducir del chino:

  1. Mover la oración principal al comienzo (en chino, la principal suele ir después);
  2. 说 (shuo) “hablar/decir” y los verbos similares pueden traducirse con los dos puntos “:”;
  3. 大 (da) “grande” se usa mucho y también se puede traducir como “gordo”;
  4. Los proverbios se suelen traducir en singular;
  5. Al poner los dos puntos «:» evitas escribir muchos “por qué”;
  6. Debemos intentar simplificar las palabras;
  7. Ten en cuenta las repeticiones deseadas por el autor original que deben repetirse en la traducción;
  8. No tienes que ennoblecer o vulgarizar el texto a tu gusto;
  9. 就 (jiu) “entonces”: en vez de traducirlo, es mejor que el tiempo verbal exprese una acción consecutiva a otra;
  10. Cosas que cortar: poder/deber (usar el condicional del verbo); ya/ahora; adjetivos demostrativos (usar los artículos, por ejemplo: 这本书 puede traducirse como “el libro”, porque sabemos de lo que estamos hablando si usamos el artículo determinante. Los chinos dicen “este libro”);
  11. 原来 (yuanlai) 本来 (benlai) “en origen, originariamente”, se puede traducir de muchas maneras, pero por favor, no uses “en origen”. Puedes adaptar el tiempo verbal, usando por ejemplo el imperfecto;
  12. Con los temporales, tratamos de no escribir siempre “cuando”: 当他上大学的时候 “dang ta shang daxue de shihou” no se traduce como “cuando iba a la universidad”, sino “en la universidad”;
  13. 那时侯 (na shihou) “en ese momento” al comienzo de la oración se puede no traducir porque se entiende por el contexto;
  14. Los temporales en chino se suelen poner al principio, en idiomas europeos quizás es mejor ponerlos después;
  15. No traduzcas los diversos 继续 (jixu) “continuar” y busca verbos que expresen el significado de “continuar” por sí mismos. Por ejemplo 继续说 no es “continuar hablando”, sino “despotricar”;
  16. 应该,要,来,去,可以 es mejor no traducirlos ;
  17. 一下儿 no se traduce como “un poco’”;
  18. 都 se elimina casi siempre;
  19. 听,看,觉得,想 se eliminan casi siempre;
  20. 开始,起来 se eliminan siempre;
  21. 竟然 se elimina;
  22. Cuidado con los falsos amigos: 爬床 no es “escalar la cama” sino “subir a la cama”;
  23. 身上,心里,身旁,伸手 se eliminan siempre. Los chinos tienen fijación por usar las partes del cuerpo, por ejemplo: 脸一下子红了 (lian yixiazi hong le) “la cara de repente se volvió roja”, se traduce “se sonrojó de repente”. O veamos esta frase: 他是一脸无辜的表情 (ta shi yi lian wugu de biaoqing): literalmente sería “tenía una cara con una expresión sin culpa” , pero es mejor traducirlo como “Ni siquiera vaciló”. Otro ejemplo puede ser 心里嘿嘿笑个不停 (xinli hei hei xiao ge bu ting): literalmente sería “en su corazón, reía sin parar”, pero puede traducirse mejor como “por dentro, reía a carcajadas”. Podemos mantener el nombre de la parte del cuerpo nombrada, pero sólo si la hay. Por ejemplo: 一眼就能看得出来 (yi yan jiu neng kan de chulai): “reconocible en un abrir y cerrar de ojos”. En resumen, no se debe traducir “la cara”, “el cuerpo”, “la mano”, etc.;
  24. La pasiva en chino puede convertirse en activa en las lenguas europeas y viceversa;
  25. Inversión de adjetivos y sustantivos 恨自己太强的激情 “odiaba la urgencia de su pasión”;
  26. El determinante se convierte en un sustantivo y el determinado se convierte en un adjetivo;
  27. Los sonidos onomatopéyicos se pueden hacer con verbos, por ejemplo: 嗡嗡地 (wengweng de) “zumbido”, 咝咝响声 (sisi xiang sheng) “sisear” o “silbar”, 嘎吱嘎吱 (gazhi gazhi) “crujir”, 咕嘟咕嘟喝 (gudu gudu he) “tragar ruidosamente”; algunos sonidos onomatopéyicos deben hacerse con sonidos también en el idioma de destino, transcribiéndolos en mayúsculas, por ejemplo: 喳一声 (cha yi sheng) “ZAC”;
  28. Puede que lo que voy a decir sea una blasfemia… pero si no comprendes el significado de una oración, no desdeñes Google Traslator ni Baidu Translator: con ellos lograrás al menos comprender el sentido general de la frase.
  29. Por último, pedir consejo a un chino siempre te beneficiará.

Preguntas frecuentes

¿Es fácil aprender chino?
El chino es un idioma relativamente difícil de aprender, al menos para los extranjeros que no dominan ningún otro idioma de Asia oriental. Las principales razones son que el chino emplea caracteres, por lo que tendrás que aprenderlos para poder leer. Además, es un lenguaje tonal con 4 tonos diferentes. Si no dominas los tonos, a los chinos les costará entenderte. En el peor de los casos, podrías terminar diciendo algo diferente.
¿Cómo puedo aprender chino mandarin gratis?
Hay muchas formas de aprender chino gratis. Si tienes poco dinero o no tienes la opción de matricularte en un curso de pago en el lugar donde vives, puedes comprar libros para estudiar chino online o en tienda física. Otra buena opción es conocer a gente china, tal vez a través de un intercambio de idiomas. Es una forma excelente no solo de aprender el idioma, sino de hacer amigos para toda la vida y conocer diferentes culturas.
¿Es el cantonés más difícil que el mandarín?
Por lo general, sí. El cantonés, además de tener de 6 a 9 tonos en lugar de 4, cuenta con caracteres tradicionales que requieren un poco más de esfuerzo debido a la mayor cantidad de trazos. Hay que tener en cuenta que tendrás más dificultades para encontrar hablantes de cantonés y material de aprendizaje. El mandarín se habla en más lugares y muchos creen que es más fácil de aprender.
¿Cuáles son las grandes diferencias entre el inglés y el chino?
Hay muchas diferencias entre el inglés y el chino. En primer lugar, los chinos no usan palabras diferentes para eventos pasados, presentes y futuros. Para el pasado, tan solo añaden 了 (le). En chino, también encontrarás muchas palabras que se escriben o incluso se pronuncian igual. Hay que ver la palabra dentro de una oración para comprender su significado. Otra diferencia es la forma en que se cuentan los números. En chino, dividen los números en 1.000 (千, qian), 10.000 (万, wan) y 100.000.000 (亿, yi).
¿Cuáles son las mejores aplicaciones de traducción y sitios web de chino?
Hay muchas opciones disponibles. En primer lugar, si deseas traducir un texto, puedes copiarlo y pegarlo en Google Translate para comparar la escritura china con la inglesa, por ejemplo. También puedes clicar el botón derecho del ratón y pulsar «traducir». Si lees un texto en chino y quieres traducirlo palabra por palabra, Pleco y Pera Pera son buenas opciones. Algunas aplicaciones también te ayudan con la gramática, como Chinese Grammar Wiki y Coursera.
¿Cuáles son los 3 principales idiomas que se hablan en China?
Los 3 idiomas principales son el mandarín estándar (Putonghua) en primer lugar, el cantonés (Yue) en segundo y el shanghainés (Wu) en tercero. Hay grandes diferencias entre los tres y si has aprendido mandarín estándar, no entenderás los otros dos.

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3 comentarios en “Cómo traducir del chino a español: la guía completa”

  1. Profr. Jesùs Camacho.

    Hola Aldo. Soy un historiador de México y me he encontrado con la dificultad de no saber si el escrito que encontrè es de escritura china. He encontrado algunas grafías en chino . Podrìas darme tu opinión si es chino o no.

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