Decir que China es homogénea sería una subestimación. Si nunca has estado allí, permíteme que te aburra con algunas estadísticas:
Hay casi 1.400 millones de personas que viven en la República Popular de China. De ellas, más de mil millones (aproximadamente el 93%) son chinos Han, y la gran mayoría del resto se compone de minorías étnicas chinas.
Según los datos del censo de 2010, había alrededor de un millón de residentes extranjeros. Aunque ese número se haya duplicado en los últimos 6 años, estamos hablando del 0,01% de la población total.
La cuestión es que, incluso en la China globalizada del siglo XXI, los extranjeros siguen siendo tan raros que son estadísticamente insignificantes. Históricamente hablando, siempre ha sido un lugar muy amurallado (¡literalmente!) con la notable excepción de la dinastía Tang, y misterioso para el resto del mundo.
Por desgracia, los chinos de hoy tienen una relación de amor/odio con los extranjeros. Por un lado, todo el mundo tiene curiosidad por saber más acerca de ellos y quiere un buen suministro de hablantes ingleses nativos para contratar como profesores. Por otro, siempre ha habido un fuerte sentimiento de «Nosotros vs. ellos». Por muy bien que caiga un extranjero, siempre será 外国人 (waiguoren), o “gente de fuera del país.”
En consecuencia, el sistema de visado siempre ha sido un poco absurdo; pero parece que el CPC se ha empeñado en aumentar la locura introduciendo un nuevo sistema de «clasificación» de extranjeros.
Según el anuncio en la página web del SAFEA (Organismo Oficial de Expertos Extranjeros), pretenden dividir a los extranjeros en tres categorías de aceptabilidad: A (lo más granado, cargos ejecutivos), B (profesionales) y C (intenta no dar un portazo al salir). En el anuncio se usa la frase «鼓励高端、控制一般、限制低端,» que, básicamente, significa “alentar la calidad, controlar lo mediocre y restringir lo inferior.”
Los criterios para esta supuesta clasificación son los siguientes:
- Edad: preferiblemente 25-45 años. Hay que evitar a los niños molestos y a los abuelos.
- Salario actual: ¡No podemos darle la patada a los ricos!
- Formación: Sólo los que hayan estudiado en las 100 mejores universidades, por favor.
- Nivel HSK de chino: la versión china de “¡O hablas AMERICANO o te vas!”
- Años de experiencia laboral en China: ¡Necesitas haber trabajado en China para trabajar en China!
- Ubicación: Esta me gusta, así que no me burlaré de ella. Al parecer, quienes hayan trabajado en regiones menos desarrolladas de China recibirán más «puntos».
Según el gobierno, este proceso tiene como objetivo agilizar el sistema de visados de trabajo y facilitar que los extranjeros (aceptables) trabajen en China. En vez de seguir con el sarcasmo, analicemos los pros y contras.
Por un lado, los inconvenientes:
Esto parece una absurda propaganda anti-extranjera para los chinos xenófobos de la misma manera que Donald Trump apela a los estadounidenses que tienen miedo de los mexicanos. El deseo de China de disfrutar simultáneamente de los beneficios de ser una potencia mundial globalizada mientras continúa excluyendo al resto del mundo es cuestionable en el mejor de los casos y peligrosamente ridículo en el peor. Sé que China nunca ha sido una nación de inmigrantes pero, ¡se supone que el mundo avanza en vez de ir hacia atrás, tíos!
Luego está la cuestión de la necesidad de profesores extranjeros, que caerán en la categoría C del sistema de clasificación. Padres, colegios y futuros empleadores esperan que cientos de millones de niños chinos alcancen al menos cierto grado de fluidez en inglés. Sin embargo, el país continúa inventando tonterías como esta.
Cuando pones tantas trabas para que jóvenes inteligentes estudiantes de postgrado vengan a enseñar inglés, subes el precio que cualquier hablante nativo puede exigir como profesor. Y aunque a mí me beneficia, no puedo dejar de pensar que gran parte del futuro de los niños como miembros de la comunidad internacional está siendo saboteado por el efecto que esto tiene sobre la calidad y la disponibilidad de la instrucción de ESL.
Por otro, las ventajas:
¿Has intentado conseguir un visado de trabajo estadounidense últimamente? No es fácil, y no hay duda de que dan prioridad abiertamente a profesionales cualificados. No voy a comparar las políticas de inmigración de China y los Estados Unidos, pero entiendo que cada nación puede decidir por sí misma qué tipo de fronteras quiere tener.
En un mundo donde (siento volver a mencionarlo) Donald Trump vocifera cada dos por tres sobre la deportación de más de 11 millones de personas y la prohibición de que todo un grupo religioso entre en Estados Unidos, tal vez no debería juzgar tan a la ligera que China trate de introducir cierto control de calidad.
Además, mentiría si dijera que la comunidad extranjera en China está compuesta por tipos eruditos que aman el país y sólo quieren difundir conocimientos y ser miembros productivos de la sociedad. Me entristece hablar con personas (y oír casos) a las que no les importa nada su formación o trabajo y se jactan de lo fácil que es aprovechar su condición de extranjero tanto de forma profesional como personal.
Gracias a estar al «otro lado del mundo» y al bajo coste de la vida, China atrae a muchas personas que sólo quieren huir de sus problemas en casa. Limitar sus filas no sería el fin del mundo.
Conclusión
No creo que los chinos estén necesariamente equivocados al querer controlar mejor quién va a su país a trabajar, pero me cuesta creer que este sistema de clasificación A-B-C sea la forma de hacerlo. Si hasta el perro necesita un profesor de inglés y los hablantes nativos constituyen un 1/1000 de la población, tal vez tendrían que centrarse en atraer a más de esos extranjeros en lugar de etiquetar y sacrificar a los más deplorables.
Al final, probablemente no importe: no es la primera vez que el CPC hace una declaración como esta sobre los extranjeros, y no será la última. Las empresas con acceso a los sellos y papeles adecuados seguirán pudiendo contratar a quien quieran; los extranjeros que traten de evitar la clasificación seguirán dependiendo del guanxi de quien presente la solicitud. Para bien o para mal, como sucede con muchos aspectos en China, la verdadera reforma va a la zaga de grandes anuncios llamativos que terminan sin llegar a ninguna parte.
Ahora, si me disculpan, tengo que ir a estudiar para el examen de HSK 5 para conseguir más puntos…
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Yo me quedaría con que a ambos lados del tablero, haciendo una generalización un poco simplista, hay asco para repartir:
-una mayoría de profesores de lenguas están aquí por lo comentado (problemas en su país o imposibilidad de trabajar allí, más buenos salarios), porque aquí se hace dinero rápido por ser blanco (laowai, esta no la has puesto), y porque tienen el síndrome «big in Japan» y van como reyes del mambo por aquí.
-por el otro lado, tenemos a un gobierno proteccionista, de un país muy atrasado en cuanto a mentalidad, algo envidioso de los extranjeros y curiosos a la par. Trabajo en la universidad, y los profesores de guardería casi tripiclan mi salario por norma general. El negocio está en la enseñanza infantil, ahí es donde deberían meter mano.
Un saludo.
Estoy de acuerdo con lo que dices. De hecho creo que los profesores de inglés (entre otros expatriados) han dado la escusa a gente como el actual presidente para ahondar en el proteccionismo.
Lo único que no estoy de acuerdo es lo de mentalidad atrasada y la envidia, en China hay de todo como en cualquier país y las diferencias entre la actitud y la mentalidad en las ciudades de primera y las más pequeñas es muy grande.
Comparto la opinión que HSK es una versión oficial del idioma chino.
En España puedes estudiar idioma chino versión escuela oficial de idiomas o puedes estudiar chino versión HSK.
gracias por el comentario