Por qué disfrutarás más en Nanchang que en Shanghai: En defensa de las ciudades de tercera

Plaza Bayi, Nanchang

¿Estabas emocionado por haber conseguido un trabajo en China pero has descubierto que es en una ciudad llamada Zhengzhou o Yantai? ¿Decepcionado porque tu traslado por trabajo sea a Nanchang en vez de a Shanghai?

Es cierto que, en ciudades chinas de tercera hay predominio de cierta gente a la que algunos expatriados llaman con sorna “nongs” (abreviatura de nong min gong, es decir, un pequeño agricultor que emigró y trabaja ahora en la ciudad), que escupen, se sacan los mocos y los disparan cuando menos te lo esperas, gritan por teléfono en público, se cuelan en las colas y te echan el humo del tabaco a la cara en el ascensor.

Es cierto que el tráfico es horrible, pues hay muchos vehículos extraños de fabricación casera que parecen sacados del rodaje de Mad Max – Furia en la Carretera yendo por el lado contrario, de noche y sin luces y todo el mundo parece tener la mano pegada al claxon.

Es cierto que verás cómo descuartizan perros por la noche en la principal calle comercial para servirlos al día siguiente cocinados con aceite de alcantarilla (di gou you en chino).

Es cierto que… Espera, ¿me estoy desviando un poco? Se supone que esto iba sobre los aspectos positivos de la vida en las ciudades de tercera. Tened paciencia conmigo, vivir en las temidas ciudades de tercera tiene cosas buenas. Volvamos a intentarlo, en defensa de las ciudades chinas de nivel inferior…

Antes que nada, ¿a qué me refiero exactamente con Ciudades de «primera, segunda y tercera»?

Hay cierto desacuerdo sobre los términos y el gobierno chino no se posiciona en cuanto a la composición de cada nivel, pero la mayoría coincide en que Beijing, Shanghai, Guangzhou y Shenzhen son ciudades de primera, llamadas en conjunto “Bei Shan Guang Shen.”

Son metrópolis enormes en cuanto a población y terreno y presentan un mayor desarrollo de infraestructuras y centros educativos, pues reciben una inversión mayor del gobierno central. Estas ciudades siempre están a la última, mientras que las ciudades de segunda, como Hangzhou o Nanjing, llevan unos años de retraso.

Las ciudades de tercera llevan de 5 a 10 años de retraso respecto a las ciudades de segunda en aspectos como la construcción de líneas de metro, estaciones de tren «bala» modernas, autobuses con aire acondicionado y presencia de Starbucks, Wal-Mart y supermercados Metro. En muchos aspectos, los cambios que se están produciendo en China ocurren más rápido en las ciudades de tercera, que intentan copiar a las de segunda y primera a una velocidad vertiginosa.

Puede que hayas oído hablar en China de «ciudades civilizadas nacionales”. Las designa el gobierno central y en la actualidad se incluyen ciudades como Xiamen y Qingdao porque cuentan con políticas «civilizadas» como asegurarse de que hay operarios que barren las calles y algunos árboles permanentes dentro de los límites de la ciudad (y no traídos únicamente para la visita del presidente del partido); no se permite quemar basura ni matar perros en medio de la calle y promueven buenas prácticas como no gritar al teléfono ni colarse. Suelen ser, aunque no siempre, ciudades de primera y de segunda (Shenzhen perdió temporalmente su estatus de civilizada cuando su alcalde fue condenado a cadena perpetua por corrupción).

Aparte de Xiamen y Qingdao, entre las ciudades de segunda hay otras urbes grandes y relativamente famosas como Nanjing, Xi’an, Tianjin, Hangzhou, Chengdu, Chongqing y otras capitales de provincia pudientes como Jinan (nota: algunas listas consideran a todas las capitales de provincia ciudades de segunda).

Las ciudades de tercera siguen siendo grandes, como Nanchang con más de 5 millones de habitantes o Dongguan con 6 millones, pero tienen un aire diferente, más rudo y alejado del de las ciudades turísticas. Como regla general, si una ciudad tiene más de un millón de habitantes pero no entra en la categoría de primera o segunda, es una ciudad de tercera.

Debo mencionar que también hay ciudades de cuarta y de quinta (a las que a menudo se llama pueblos) pero hay que tener mucho valor para vivir allí.

Tendrás que acostumbrarte a la comida china porque no hay supermercados extranjeros y la única opción de comida internacional es KFC, y eso con suerte. Son los pueblos donde se te quedarán mirando, te señalarán y te sentirás como el flautista de Hamelín con multitudes siguiéndote, pues es posible que seas el primer extranjero que han visto en su vida.

Observarán y comentarán largo y tendido en todo el pueblo cada cosa que hagas. Los taxis no pararán cuando los llames por miedo a no entenderte (y no les falta razón porque muchas personas en estos lugares no saben mandarín, por lo que no te servirá de mucho haber estudiado chino). Si te interesa encontrar el amor, olvídalo. En una ciudad de cuarta, eres demasiado raro para que te acepten.

Pero en este artículo, quiero centrarme en el término medio, en los beneficios de las legendarias ciudades de tercera.

Adquieres estatus de famoso

Si llegas y eres extranjero, lo primero que notarás es que hay muy pocos como tú, de ahí el «beneficio». Es una de las ventajas más controvertidas de ser el extranjero raro en una ciudad de tercera, pero este artículo no quedaría completo sin analizarlo, así que entremos al tema sin más preámbulos.

Si eres extranjero en una ciudad de tercera, te invitarán a beber con funcionarios, presidentes de universidades y demás. Pueden pedirte entrevistas de radio o que aparezcas en el periódico local. No solo son experiencias muy interesantes y educativas, sino que los contactos que hagas pueden serte útiles si te interesa empezar tu propio negocio o establecerte en China.

Si eres hombre y te interesa una relación romántica, no encontrarás mejor sitio que una ciudad de tercera porque las chicas están lo bastante expuestas a la cultura occidental como para no asustarse ante la idea de salir con un extranjero, adquieren notoriedad por salir con alguien especial y al mismo tiempo no han visto a muchos extranjeros como ocurre en las ciudades de primera y segunda, por lo que sigue siendo una novedad.

Tengo que admitir que aunque es divertido al principio que te pidan entrevistas y hacerse fotos contigo cada dos por tres, al cabo de los años acaba cansando. Hay días que te levantas y lo único que te apetece son unas albóndigas. Estás de resaca y no tienes ganas de una sesión de fotos improvisada, pero nunca sabes cuando aparecerán los paparazzi.

La gente es más amable, tanto los lugareños como los demás extranjeros

Si, al igual que yo, te gusta conocer gente pero te da vergüenza acercarte a extraños, una ciudad de tercera es el lugar más indicado para ti. Prevalecen ciertos estereotipos, como que los nativos de Shanghai y Beijing son altaneros y tratan con desdén a la gente de fuera, pero aquí no ocurre lo mismo.

Puede que en una ciudad de tercera, sus habitantes sean más rudos pero también son más vehementes y acogedores. Algunos de los momentos más divertidos que he vivido en China han ocurrido cuando estaba cenando con un compañero de trabajo en un pequeño restaurante y unos chinos en la mesa de al lado nos invitaron a brindar con Baijiu (licor chino).

Cuando nos dimos cuenta, eran las dos de la mañana, habíamos estado comiendo y bebiendo con ellos, jugando a las cartas y nos llevaban al mejor bar de karaoke de la ciudad. Estas cosas no suelen pasar en Shanghai, pero son habituales en las ciudades de tercera.

Creo que muchos extranjeros descartan la posibilidad de crear relaciones auténticas y duraderas en encuentros de este tipo con lugareños, pues las ven vacías y solo propiciadas por el hecho de ser extranjeros, por lo que dudan de que puedan llegar a más.

Un estudiante universitario que se me acercó hace siete años y me dijo: “¿Me puedes dar tu teléfono? Es que quiero decirle a mis padres que tengo un amigo extranjero”, acabó convirtiéndose en uno de mis mejores amigos. Ha venido a visitar a mi familia a Estados Unidos, hemos viajado mucho juntos, y fue padrino en mi boda. Y pensar que en ese momento casi lo mandé a paseo.

Y no solo los lugareños son más amables, los demás extranjeros también porque sienten una camaradería instantánea al ver a alguien que también es «diferente». En una ciudad de tercera, cruzamos la calle para saludar cuando vemos a un extranjero nuevo, intercambiamos los números de teléfono y quedamos en un bar esa misma noche.

Y si un extranjero que lleva mucho tiempo en China ve que tienes problemas para comunicarte en el idioma, estará más que dispuesto a unirse a la conversación y ayudarte a resolver el problema. Cuando se acercan las fiestas occidentales, todos los extranjeros de la ciudad saben en casa de quién se celebra Halloween, Navidad o Año Nuevo.

(Casi) todo es barato

El dinero dura más en una ciudad de tercera. A continuación, dejo los precios de varios gastos habituales en Nanchang, la capital de tercera de la provincia de Jiangxi donde he pasado un tiempo, comparados con los de Shanghai, indiscutible ciudad de primera.

• Botella de agua: 1 Yuan en Nanchang vs. 2 Yuan en Shanghai;

• Baozi (bollos al vapor para desayunar): 2 por 1 Yuan en Nanchang vs. 1 por 1-1,5 Yuan en Shanghai;

• Taxis: Carrera inicial por 6-8 Yuan y 1,9-2,1 Yuan por km en Nanchang vs. Carrera inicial por 14-16 Yuan y 2,5 Yuan por km en Shanghai;

• Alquiler de apartamento: 1000-3000 Yuan al mes por un apartamento de 2 habitaciones en Nanchang vs. 5000-10000 Yuan por lo mismo en Shanghai.

Por cierto, SDC está realizando una encuesta sobre varias ciudades de China que hará más clara la relación de precios y promete ser un recurso de gran utilidad. Clica aquí para ver los resultados de la encuesta y/o rellenarla.

Y lo mejor no acaba aquí. No solo son más bajos los precios sino que los salarios no son en proporción inferiores para el coste de la vida. Por ejemplo, un profesor extranjero licenciado en una universidad en Nanchang empezará cobrando 6.000 Yuan al mes, frente a los 7.000 de Shanghai.

Y una escuela privada como Web International English paga a sus profesores 12.000 Yuan en Nanchang y 14.000 en Shanghai. Puede que ganes algo menos de dinero pero te cundirá mucho más. En caso de ser ingeniero o director en empresas extranjeras, te pagarán más en Nanchang por el plus de «dificultad».

Sin embargo, como ocurre por lo general en China, lo barato es más barato y lo caro, más caro. Esto significa que si te gustan los BMW, LV y XO, pagarás más por artículos de lujo aquí que en las ciudades de primera, y mucho más de lo que estás acostumbrado a pagar en Europa o América.

Puedes (debes) aprender chino más rápido

Al igual que con otros aspectos de vivir en una ciudad menos desarrollada, lo que para unos es beneficio para otros puede ser una molestia. Si nada más llegar a China aterrizas en una ciudad de tercera y te interesa aprender chino, lo vas a aprender… porque no te queda otra.

No hay apenas extranjeros ni chinos que hayan viajado mucho y vivido fuera, por lo que encontrar a alguien que hable inglés es complicado. En mi caso, fue una bendición. El chino es difícil de aprender y la necesidad fue mi mejor motivación.

Aunque no tengo especial facilidad para aprender idiomas, a los nueve meses de llegar a mi ciudad de tercera, era capaz de iniciar y mantener conversaciones sobre asuntos de la vida diaria con los lugareños. Algunos de mis amigos que tuvieron su primera experiencia en China en Shanghai o Xiamen nunca sintieron ese impulso por aprender chino y no lo hicieron o empezaron y lo dejaron.

¡Más libertad!

Muchos expatriados como yo disfrutan de la libertad de China, pues es uno de los aspectos positivos de vivir aquí. Supongo que nos compensa esta libertad frente a la contaminación, los artículos falsos y de mala calidad, la censura en los medios y otros aspectos menos deseables de la vida en China.

Pero cuando nos bajamos del tren en Shanghai, comenzamos a sentirnos como si estuviéramos en Nueva York o en Londres, con detectores de metal por todas partes y policía equipada con indumentaria SWAT, oyendo noticias de redadas en bares y fiestas privadas e inspecciones de pasaportes. Eso no pasa en las ciudades de tercera.

La policía se preocupa mucho menos de hacer cumplir las leyes aquí que en las ciudades de primera. No es que recomiende quebrantar la ley, pero te puedo decir por ejemplo que en la mayoría de ciudades de tercera, si quieres ir en moto, no has de preocuparte demasiado por obtener el permiso reglamentario, llevar placa o usar casco (nota: ¡recomiendo sacarse el permiso y llevar casco!) porque cuanto menos categoría tiene la ciudad, menos motivada está la policía.

La cosa se agrava si hablamos del tema de los extranjeros porque al policía le da vergüenza hacerse entender y rellenar el papeleo es más complicado. Esto tiene su parte buena y su parte mala, pues «toda moneda tiene dos caras» como les encanta decir a los jóvenes chinos. En las ciudades de tercera, la policía ignora el robo flagrante y los agentes de tráfico no se preocupan de que los vehículos vayan en la dirección y a la velocidad adecuadas.

Así mismo, aunque hay que tener visado en regla para trabajar, la realidad es que muchos extranjeros se ganan un sobresueldo con trabajos a tiempo parcial y clases particulares. A diferencia de las ciudades de primera donde es complicado trabajar sin visado, en las de tercera no supone ningún problema.

Prueba una ciudad de tercera antes de que sea demasiado tarde

A muchos extranjeros les gusta viajar por toda China pero en realidad terminan visitando solo ciudades de primera y sitios turísticos famosos como Guilin, el Monte Huang o Lijiang. Te aconsejo que pruebes algo diferente y vengas a una ciudad de tercera.

Pero has de hacerlo pronto y éste es el motivo: China está cambiando a gran velocidad. Hace ocho años, las ciudades de segunda se parecían mucho a las ciudades de tercera actuales, pero hoy en día son casi iguales que las de primera. Para que te hagas una idea: la Guangzhou de hace quince años se parecía a la Wuhan de hace ocho años y a la Nanchang actual. T

Las ciudades de tercera intentan ponerse al día y (desgraciadamente, desde mi punto de vista) van camino a convertirse en copias calcadas de Shenzhen, con idéntico trazado de carreteras y metro, centros comerciales Wanda y rascacielos Greenland. Así que mi consejo es que aproveches la ocasión de visitar, estudiar o buscar trabajo en las ciudades de tercera antes de que pierdan su esencia.

Photo Credits: Plaza Bayi (南昌, Nanchang, China) by eT-pek