Estaba escalando con mi amigo José en un gimnasio cubierto de Shanghái un frío martes cuando me dio las malas noticias.
“Oye, tengo algo que decirte. Me mudo a Yangshuo a escalar y a mejorar mi chino.”
Desde hacía dos meses, éramos compañeros de escalada, algo difícil de encontrar. Era un tío tranquilo de México y hablábamos en spanglish mientras alternábamos entre escalar y frenar. José llevaba dos años trabajando en Shanghái en una empresa de marketing y quería un cambio en su vida. Yo acababa de llegar. Llevaba solo tres meses en China, así que no conocía muchas partes del país.
Me contó más sobre Yangshuo, una pequeña ciudad en la provincia de Guangxi, a una hora de Guilin en autobús. Tiene una población de unos 30.000 habitantes, bastante reducida tratándose de China. Es famosa por el alpinismo, que está bastante desarrollado en la zona. José había estado allí antes y ahora quería mudarse. Me decepcionaba que se fuera por razones egoístas, pero sentía curiosidad por ver Yangshuo. Acepté su oferta para ir a visitarlo durante el Año Nuevo chino y empecé a ir al gimnasio para practicar escalada 3 o 4 veces por semana para ponerme en forma para el viaje. No sabía por aquel entonces que Yangshuo se convertiría en mi lugar favorito de China, donde tendría una de las mejores experiencias de mi vida en lo que a escalada se refiere.
Al acercarse el Año Nuevo chino, esperaba con ansia mi viaje de cinco días. Tomé un vuelo de tres horas desde el aeropuerto Pudong de Shanghái a Guilin. La idea de viajar a Yangshuo desde Guilin me ponía un poco nervioso, pero fue mucho más fácil de lo que esperaba. Caminando por el aeropuerto, vi carteles donde ponía en inglés ‘Autobús a Yangshuo’, así que los seguí. Compré un billete y llegué a Yangshuo una hora y media después.
Llegar a la terminal de autobuses de Yangshuo es un lío porque está muy mal organizado. La «estación de autobuses» cuenta con espacios numerados para que aparquen los autobuses, pero también hay muchos motociclistas esperando para llevar a los pasajeros a su siguiente destino. Le di la dirección a uno de ellos y, de mala gana, me subí a la parte de atrás de la moto.
Las vistas de camino hacia mi hostal me dejaron sin palabras. La provincia de Guangxi, en especial Guilin y Yangshuo, cuenta con montañas peculiares que parecen haber brotado del suelo de un día para otro. Son muy altas y esbeltas, como conos, así que no pude evitar mi asombro mientras atravesábamos la pequeña ciudad serpenteando a través de las montañas. Pude llegar sin mucha complicación a mi hostal, cuyo nombre, “Climbers Inn” venía como anillo al dedo. Dejé el equipaje en mi habitación, me hice con un mapa de la ciudad y me fui a explorar.
El tiempo que estuve en Yangshuo fue como un sueño. Pasé todos los días de escalada, la climatología acompañó e hice amigos estupendos. La mayoría de las personas que visitan Yangshuo hacen el famoso tour por el río en un barco tradicional o van a hacer senderismo por rutas conocidas. Durante mi estancia en Yangshuo, viví y respiré escalada. Fue una suerte que tuviera un amigo allí. José estaba estudiando en una academia llamada Omeida Chinese Academy, donde los extranjeros pueden aprender mandarín y los nativos, inglés. Me presentaron a muchos de los amigos de José procedentes de Brasil, Nueva Zelanda, Lituania, Australia, Estados Unidos y otras provincias de China que también estaban estudiando allí. Fuimos a cenar juntos y acordamos quedar al día siguiente para escalar.
Al día siguiente, me levanté temprano, desayuné rápido con un par de tíos en mi hostal y fui con mi equipo y mi bicicleta de alquiler al punto de encuentro. Allí estaban José y algunos de sus amigos de la academia, así como otros que habían venido de visita desde Shanghái. A Yangshuo se la conoce como la meca de la escalada de China (además de Yunnan), y hay cientos de riscos y rutas para elegir. Consultamos el libro de los escaladores locales con las mejores rutas para hacer alpinismo y escogimos uno de los riscos más populares, llamado «Baby Frog». El camino en bici hasta allí fue increíble; fuimos por una pequeña carretera asfaltada que nos llevó fuera de la ciudad atravesando pueblecitos. El camino serpenteaba entre montañas, granjas y estanques. Fue uno de los lugares más bonitos que he visto nunca.
Hay tres tipos de escalada deportiva: bulder, polea e ir de primero. Bulder consiste en escalar en rutas cortas inferiores a cuatro o cinco metros y no requiere cuerdas ni equipo. La escalada en polea requiere arneses y equipo para asegurar (la persona en el otro extremo de la cuerda te atrapa si te caes), y la cuerda se ancla a la cima. Al ir de primero, el escalador hace toda la vía desde el suelo pasando la cuerda por las chapas a medida que va subiendo. Durante mi viaje, escalamos de las dos últimas formas mencionadas.
Cuando llegamos al risco, avanzamos por la pared y consultamos el libro para ver qué ruta tomar primero. Era la primera vez que escalaba de primero y lo cierto es que tuve un poco de miedo. Mis amigos me instruyeron sobre los pasos a seguir y lo hice con cierta inseguridad. El problema de ir de primero es que, al ir acortando mientras avanzas, corres el riesgo de sufrir una caída grande. No me la jugué y fui poco a poco para acostumbrarme, agradeciendo los consejos de los demás.
Pasamos el día escalando, asegurando, tomando snacks y observando las montañas de Yangshuo. En un país de 1.400 millones de habitantes, me sentí afortunada de estar en un pueblo pequeño y sin apenas nadie a la redonda. Pronto conocí a los demás y aprendí más sobre la zona. Pasadas unas horas, recogimos nuestras cosas y pusimos rumbo a la ciudad para cenar. Comimos en un pequeño restaurante con mesas en la calle que ofrecía todo el revuelto de verduras y carne que quisieras por unos 2 USD. Nada mal.
Los días siguientes trascurrieron de la misma forma: Me despertaba a las 7:30, desayunaba, quedaba con los demás, íbamos en bici, escalábamos todo el día, volvíamos, cenábamos y a dormir. Los riscos tenían nombres muy divertidos: Baby Frog Buttress, The Egg, Swiss Cheese, Jeremy’s Jiji, Chicken Cave y muchos más. No me sentía como un turista porque me fui familiarizando con las montañas de Yangshuo al escalarlas y, en algunos casos, al dejar algo de sangre en el camino. Trabé amistad enseguida con los amigos de José, entre paradas y caídas.
Yangshuo fue un punto de inflexión en mi experiencia en China. Lo que estaba destinado a ser una visita a un amigo se convirtió en algo más. En una de las rutas más memorables, subí una roca de 30 metros. Tuvimos que caminar bastante antes de empezar, por lo que al llegar a la parte superior de la ruta, estaba a unos 50 metros por encima del suelo. Al mirar la tierra y las montañas a mis pies, sentí una paz que no había sentido en meses. Cuando escalas, tu único apoyo eres tú mismo y el éxito está en tus manos. Tienes que ser creativo a la hora de encontrar dónde agarrarte y cómo moverte por la pared, y es muy probable que te caigas una o dos veces.
Escalar allí supuso una perfecta metáfora de mi experiencia en China; cuando llegué por primera vez a Shanghái me esforcé por entender la cultura y todo lo que veía. Es muy difícil vivir en China si no hablas mandarín y no conoces bien las normas culturales. Mi experiencia en Yangshuo me demostró que podía hacer amigos en cualquier lugar. Cuando José me ayudó a bajar y me felicitó, me sentí orgullosa de mí misma por completar la ruta, y también por abrir mi corazón a nuevas experiencias. Regresé a Shanghái siendo mejor escaladora y con mayor determinación para adaptarme.
Si quieres más información sobre escalar en Yangshuo, puedes mirar las rutas en Mountain Project.
Photo Credits: Photos by Rachel Sorenson
Saludos.
Excelente Blog.
Precisamente en estos días he estado pensando en viajar a escalar Yangshou por el mes de Octubre
Disfruta!
Hola, bueno pues ya casi pasò un año, y apenas ahora el 20 de septiembre vuelo para china, tendras el correo de tu amigo que vive allà en yangshou?
Lo siento Alejandro, no te puedo dar correos personales : S