Hoy entrevistamos a Luis Matías, natural de Cuenca e investigador polifacético. Actualmente trabaja en Barcelona como investigador para la empresa biotecnológica Sequentia Biotech. Sin embargo, la entrevista de hoy está centrada en su otra faceta como fotógrafo, viajero y también… escritor.
Recientemente, ha publicado una novela llamada Genghis, Marco y Colón… y otros chicos del montón, una novela inspirada en su experiencia de cinco meses recorriendo la Ruta de la Seda en un formato un tanto alargado, pero dejemos que nos lo cuente él…
Gestación de un viaje
Hola Luis muchas gracias por aceptar esta entrevista, ¿Qué te lleva el 2014 a dejarlo todo y emprender un viaje de cinco meses a través de la antigua Ruta de la Seda?
¿Qué me lleva a dejarlo todo?…pues básicamente la inestabilidad de la ciencia, bueno y para ser totalmente honesto también el vicio a viajar adquirido “gracias” a dicha inestabilidad laboral.
La carrera científica no te ofrece contratos muy duraderos ni estables (una media de 2-3 años), esa situación que estresa a muchos a mí me encanta y la he aprovechado para tomarme «mis semestres sabáticos» y hacer viajes con toda la calma del mundo por varios continentes. Este es mi quinto «gran viaje» de varios meses, y la verdad que estoy ya deseando que llegue el siguiente.
¿Y porque la Ruta de la Seda? Porque era uno de los viajes que desde jovenzuelo más tiempo me llevaba rondando por la cabeza y no se me iba de allí. Muchos viajes aparecen y desaparecen de tu cabeza en poco tiempo, pero hay los que se te quedan como incrustados en el cerebro, y por muchas neuronas que pierdas ellos siguen allá recordándote su presencia cada poco; pues en fin este era uno de ellos.
Además hace cosa de siete años tuve la oportunidad de hacer el trans-mongoliano (una de las tres versiones del transiberiano) y al atravesar Mongolia (que por cierto un país que recomiendo visitar) me quedé fascinado con la figura de, al menos para mí, el gran Genghis Khan (uno de los protagonistas del libro) y que tuvo un peso muy importante en la zona de la Ruta de la Seda.
¿Qué le dirías a la gente que está pensando: “Me encantaría hacer este viaje pero no dispongo ni del tiempo ni del dinero para hacerlo”?
Quizá voy a sonar un poco borde y demasiado directo en esta respuesta pero para mí lo de no tener tiempo ni dinero es una excusa mala. «Querer es poder», y si uno tiene verdaderamente ganas de hacer algo en la vida (y no solo me refiero al ámbito de viajar), lo puede y debería hacer. Lógicamente nunca llega (y nunca llegará) el momento perfecto para hacer estos grandes viajes, y como suele pasar en la vida cuando tienes dinero no tienes tiempo, y al revés… cuando tienes tiempo no sueles tener ni un duro.
Mi consejo es: crear el momento aunque tengas que sacrificar otras cosas (entre ellas las propias comodidades a las que cada vez estamos más mal-acostumbrados). Además viajar si te lo montas bien, puede salir muy pero que muy barato. Yo he hecho viajes de 6 meses por tan solo 2.000 euros así que mirándolo desde esta perspectiva puede ser incluso una fuente de ahorro en periodos en los que no sabes hacer con tu vida.
Organizar un viaje de estas características no es sencillo, ¿planificaste mucho el viaje o simplemente te lanzaste a lo desconocido? ¿Qué utilizaste para informarte?
La verdad que en ese aspecto yo suelo soy bastante desastrillo así que la organización del viaje fue mínima. De hecho en estos viajes siempre me escudo en mi excusa favorita: «planificar poco te permite realizar un viaje mucho más flexible parándote más tiempo en un sitio que te ha gustado mucho, o yéndote a las primeras de cambio si el sitio no te gusta e incluso desviándote muy mucho de la ruta original».
Este modo de viajar ofrece muchas ventajas (al menos para mí) pero no os voy a mentir porque también crea «acontecimientos inesperados» que surgen de la nada y eso nos pasó a mí y a Pipetto (mi gran compañero de este viaje). Fruto de esta no-organización salieron cosas curiosas y poco agradables como fueron: no poder entrar en Turkmenistán por la coincidencia con una fiesta nacional, tener que hacerme ciudadano de Kazajistán por la simple razón de quedarme sin paginas libres en el pasaporte o quedarnos sin dinero en Irán durante bastante tiempo debido a no informarnos con antelación que los cajeros automáticos de allá no funcionan para extranjeros.
En mi defensa tengo que decir que estas desventuras forman parte del viaje y le dieron un poco de emoción a la ruta.
La Ruta de la Seda
Cuando hablamos de la ruta de la seda estamos hablando de varias rutas comerciales que fueron modificadas a lo largo de la historia, ¿qué recorrido hiciste y por qué?
Hicimos la Ruta de la Seda clásica y principal (es decir la que parte desde Estambul y llega a Xi’an en China) pero la hicimos en versión alargada. Es decir no nos bastó con hacernos esa gran ruta de miles de kilómetros sino que decidimos alargarla más atravesando todo el Himalaya entre Tíbet y Nepal en pleno diciembre (frío extremo pero que sin duda mereció la pena por esos paisajes espectaculares, remotos y únicos) y terminando el viaje 3 semanas en Myanmar (la vieja Birmania).
Este último país no entra en ningún ramal ni principal ni no-principal de la Ruta de la Seda, pero la hicimos para entrar en calor… y es que después de dos meses continuos donde la temperatura máxima durante el día fue siempre bajo cero, decidimos que nuestra epidermis se merecía un gran regalo con temperaturas de 35 grados (y nuestra mente con maravillosas playas).
En una entrevista anterior con un participante del Mongolrally nos habló de que a veces cruzar ciertas fronteras puede ser complicado o incluso peligroso ¿tuviste alguna experiencia desagradable?
Si eso fue lo más estresante a decid verdad, y sobre todo debido a nuestra ya mencionada mínima organización, y no solo me pasaron desastrillos como modificar la ruta original quedarme sin paginas libres en el pasaporte sino que también acabe en una comisaria peleándome con unos policías entre la frontera de Kazajistán y Kirguistán por haber perdido un papelito cutre, enano, para mi insignificante, pero para ellos necesario para poder abandonar Kazajistán.
Otra fría anécdota fueron las muchísimas horas que usamos para cruzar la frontera entre Kirguistán y China en plena intemperie en un valle helado a más de 3.000 metros de altura sin ningún lugar donde cobijarse. Son experiencias incomodas pero para nada peligrosas, tan solo forman parte del viaje y que sin duda volvería a repetirlas tan solo por tener esa «flexibilidad» que tanto me gustan en los viajes para conocer rincones recónditos que no salen en las guías habituales y que serían imposibles de localizar si se tuviera todos los visados organizados con fechas de antemano.
Uzbekistán, Kazajistán, Kirguistán… mucha gente somos incapaces de recordar los nombres de las ex-repúblicas soviéticas. Imagino que son países bastante diferentes, ¿me podrías definir en pocas palabras el rasgo principal de alguno de estos países?
Te lo defino en sólo una palabra: Impersonales. Pero en su defensa hay que decir que esa impersonalidad no es por culpa de sus ciudadanos sino debido tanto a la gran represión que sufrieron durante la era soviética como al cambio de fronteras echa a propósito en plan tetris por Stalin. Si a eso le sumamos que desde la década de los 90 (desde que estos países son “independientes” de Rusia) los han gobernado unos personajes esperpénticos y totalitarios (exceptuando a Kirguistán), pues lo que quedan de estos países son monumentos bonitos rodeados de una cultura anodina y reprimida que nada tiene que ver con la que supongo se podía encontrar antaño…
¿De todos los países que atravesaste cuál te sorprendió más?
Sin duda lo que más me sorprendo fueron los dos extremos de esta Ruta de la Seda tanto el oriental como el occidental. La parte este de Turquía junto con la maravillosa y única Irán para mi han sido una grata sorpresa y no solo por su cultura y gastronomía sino sobre todo por su gente.
Gente que lleva décadas viviendo en situación muy complicada, en una zona geográfica que quizá está considerada, sino la más, como una de las más peligrosas del planeta en la frontera con Siria e Irak; pero aun así la gente muestra una amabilidad y una cultura que es para envidiar la verdad.
Hay gente dice que la provincia china de Xinjiang y en especial la ciudad de Kashgar es uno de los pocos vestigios vivientes de la ruta de la seda. ¿Estás de acuerdo con esta afirmación? ¿Añadirías algún lugar más?
Totalmente de acuerdo, de hecho la provincia autónoma y musulmana de Xinjiang o Sinkiang y sobre todo la ciudad de Kashgar aún son capaces de transmitir la atmósfera envolvente de lo que nos imaginamos (o al menos que yo tenía en mi cabeza) de lo que fue la Ruta de la Seda; una atmósfera que no fuimos capaces de encontrarlo en otras ciudades quizá más bellas arquitectónicamente como las míticas Samarcanda o Khiva en Uzbekistán.
Similarmente, y aunque mucho menos conocido a nivel internacional, a esta maravillosa gente (la etnia Uigur) les sucede lo mismo que en Irán o en la parte de Kurdistán en Turquía: una gran represión étnica debido teóricamente a su religión musulmana pero que en realidad es tan solo una excusa debido a que es una zona rica en gas y petróleo.
Esta zona geográficamente está localizada en otro de los «puntos calientes» del planeta en la frontera de Pakistán y cerca de Afganistán. Tuve la oportunidad de llegar a la frontera de Pakistán y hacer una de las rutas naturales más impresionantes y salvajes que he hecho en mi vida, la mal llamada autopista del Karakorum. Una carretera que más que una autopista es un camino de cabras pero en la que atraviesas parte de la cadena montañosa del Karakorum atravesando lagos helados, maravillosos glaciares y pudiendo deleitar tú vista con picos de casi 8.000 metros. Según dicen este camino de cabras se convertirá en una verdadera autopista en pocos años, pero aunque sea incomoda es digna de visitar en la actualidad.
El Libro
Antes que nada nos podrías contar un poco de que trata tu novela…
La idea de la novela ha sido contar la historia de la Ruta de la Seda en diferentes épocas pero con un formato de novela de humor que además incluye mucha divulgación de historia. Recorrer la vida e historia de varios personajes con un pasado glorioso entre ellos nuestros protagonistas Marco Polo, Genghis Khan y Alejandro Magno, pero entrelazando sus vidas reencarnadas en un presente actual. De hecho, y aunque parezca muy de vagos aquí hago un copy-paste de la sinopsis que aparece en la contraportada de la novela para que os hagáis una idea:
Marco Polo harto de su vida sedentaria y poco fructífera en Venecia decide dar un giro radical a su vida y se convierte por una mera casualidad en compañero de piso del mítico Genghis Khan en la Barcelona actual. Europa sigue inmersa en plena crisis económica y sin unas perspectivas laborales muy prometedoras. Es por ello que ambos deciden que es el momento de emprender un largo viaje atravesando gran parte del continente asiático hacia los lugares que les llevaron a la posteridad muchos siglos atrás, uno por conquistador y otro por comerciante/cronista. Su objetivo; ver como esos países, sus culturas y religiones han cambiado y evolucionado a lo largo de esos últimos siglos. Un viaje complicado sobre todo debido al diferente, y a veces difícil, carácter de nuestros protagonistas. Por el camino se encontraran con otros personajes universales y otros que aun no siendo tan conocidos han aportado su grano de arena, bueno o malo, al desarrollo de la historia de esos países. Entre ellos destaca Alejandro Magno persona con la que rivalizaran casi desde el principio del viaje por la búsqueda de un objeto muy peculiar que les puede cambiar su porvenir actual y volver a conseguir dar la fama que obtuvieron tiempo atrás.
Además para la publicación de esta novela he tenido la suerte de contar con la colaboración de David de la Fuente “Chingu” que me ayudó mucho para mejorar la calidad literaria de la novela. Y para rematar la novela, la portada y contraportada han sido diseñadas por Jesús Mateo, un pintor de reconocido prestigio tanto nacional como internacional al que siempre estaré agradecido por su gran ayuda.
¿Por qué decides recurrir a personajes históricos para contar una historia actual?
Creo que recurrir a la divulgación histórica es una muy buena herramienta para llegar a todo tipo de públicos. La novela está escrita de una manera desenfadada (y espero que amena) ya que uno de mis objetivos es llegar no tan solo a gente viajera sino también a un público joven que al leer la novela se le pueda despertar algo muy dentro (llamado curiosidad) y querer aprender más sobre esos personajes o lugares tan importantes (y muchas veces desconocidos) para la historia universal.
Esta divulgación desenfadada he visto que puede deparar gratas sorpresas como me ha pasado en el ámbito de la divulgación científica. Formo parte de Big Van un grupo de científicos frikis que divulgamos ciencia en clave humor. Hemos publicado un par de libros de divulgación científica (aprovecho para dar publicidad: Si tú me dices gen lo dejo todo y Si venimos del mono, ¿por qué somos tan cerdos?) con muy buena acogida. Y qué mejor que seguir una receta similar pero modificándola para el ámbito histórico.
Seguro que alguien se estará preguntando qué pinta Colon en esta historia, si nada tiene que ver con la Ruta de la Seda pero aun así aparece en el título del libro. La respuesta… está en la novela, así que no os va a quedar más remedio que leerla para satisfacer dicha curiosidad.
Finalmente, me imagino que ya estás trabajando en un nuevo proyecto, ¿nos puedes contar qué es lo siguiente?
Trabajando, lo que se dice trabajar en una nueva novela todavía no… que ahora con la vuelta al mundo laboral y al ritmo caótico de vida uno no le queda tiempo para la inspiración. Pero si tengo claro cuál será el próximo proyecto literario: una novela histórica sobre el chamanismo y la magia negra en África. Para ello tengo en mente de aquí a máximo 2 años cogerme otro de mis «semestres sabáticos» y venir desde Sudáfrica a España atravesando todo el continente (o la parte que se deje) para así conocer in situ esas culturas tan fascinantes.
Photo Credits: Photos by Luis Matías
Hola!! Mi nombre es Marcela González. Me gustaría adquirir el el libro: Genghis, Marco y Colón… y otros chicos del montón. Preferiría que fuera un libro físico pero no se si esta disponible en una librería de Colombia.
Si aun no está a la venta en Colombia, por favor indicarme si puedo traerlo del exterior sin que me genere un gran sobrecosto. Como última instancia cómo hago para comprarlo de forma virtual?. No tengo tarjetas de crédito, sólo manejo tarjeta débito pero me imagino que por este medio piden mi clave, en ese sentido agradezco un medio de pago distinto, como puede ser una cuenta donde consignar el dinero.
Gracias por su atención.
El autor me dice que lo podrías encargar en una libreía, en Amazon estará disponible pronto
El distribuidor es Penguin Ramdom que está presente también en latinoamerica