Mucha de la información y reflexiones incluidas en este articulo provienen de Luca Xu, un arquitecto italiano de origen chino que recientemente se ha incorporado como escritor en SDC. Pese que la información proporcionada por Luca se refiere a la comunidad china residente en Italia existen enormes similitudes entre las comunidades de Italia y España.
Radiografía del chino propenso a emigrar en España
Los comunidad china en España, actualmente se ha vuelto numerosa, sobretodo en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona. En estas ciudades hay barrios con una gran mayoría de gente de origen chino, llenos de actividad comercial, residencias, restaurantes, etcétera.
Son emblemáticos Lavapies, Usera y Fuenlabrada en Madrid o Santa Coloma de Gramanet y las calles colindantes al Arc del Triomf en Barcelona, en los que es posible ver multitud de chinos trabajando, caminando frenéticamente, entregando paquetes con mayor o menor fortuna.
Hablando un poco de números, según el Instituto Nacional de Estadística (INIE) del 1 de enero de 2016 los chinos residentes en España eran 199.661 es decir un 0,43% de la población Española. Obviamente no están contabilizados aquellos que se encuentran de forma ilegal.
Más del 70% de estas personas provienen de la provincia de Zhejiang, una región al sur de Shanghai, y especialmente de la ciudad de Qingtian y de las zonas colindantes pertenecientes a la municipalidad de Wenzhou.
¿A qué es debido este fenómeno? ¿Porqué tanta gente proveniente de un país tan lejano se encuentran, todos juntos, a varios miles de kilómetros de su lugar de origen?
El grueso de la emigración y concentración de la comunidad china en España se produjo a inicios del siglo XXI pero para entenderla tenemos que remontarnos a un par de décadas antes:
En los años 80 se está produciendo una fuerte emigración de ciudadanos chinos en otros países europeos como Francia y Italia donde la situación económica es mucho mejor que en España. De hecho estos emigrantes son también principalmente de la provincia de Zhejiang, por ejemplo en Italia un 90% de los emigrantes chinos proceden de la municipalidad de Wenzhou.
Como consecuencia de la saturación en el sector de la restauración en otros países europeos y las buenas perspectivas económicas en España, en los ochenta empieza un primera oleada de inmigración china que llena el territorio nacional de restaurantes chinos. Pese a como comentaré luego está primera «oleada» es muy importante, es aún muy escasa, de hecho a principios de los 90 los chinos residentes en España no llegan ni a los 5.000.
La razón de está emigración se explica por la situación económica y social en su país de origen. En los años 80, China se encuentra todavía muy lejos de ser la potencia económica capaz de competir con el poder de Estados Unidos que es hoy; en ese momento la mayoría de la población aún vivía en condiciones precarias.
A menudo, sólo el padre trabajaba y la madre se quedaba en casa para cuidar a sus hijos. Las casas no tenían agua corriente, electricidad o gas para cocinar y tenían que valerse yendo a buscar agua a los pozos de la comunidad o usar carbón y otros tipos de combustible para cocinar.
En las ciudades menos desarrolladas, como eran Qingtian o Wenzhou, los escenarios eran peores. Si pensamos que aún hoy en día se consideran ciudades de tercera categoría, podemos imaginar que la bonanza económica que ha experimentado en los últimos años China, tardó muchísimo más en llegar en comparación a ciudades como Beijing y Shanghai.
En estos casos, siempre hay alguien que tiene un mayor ambición que sus parientes o sus conciudadanos. Y ese alguien es el que decide emigrar con la esperanza de proporcionar un mejor futuro para sus familias y sus seres queridos. Si pensamos en muchas olas de migración se deben a las malas condiciones económicas en el país de origen.
Dado que entre los valores culturales y sociales de China hay un fuerte sentido de comunidad, una inclinación casi natural para ayudar a la gente del mismo país o la misma ciudad, es probable que este emigrante vaya en busca de amigos y / o parientes emigrados en el extranjero que puedan proporcionarle ayuda con la emigración.
En la España de finales de los 90 y principios del 2000, en plena bonanza económica, los chinos provenientes de la primera «oleada», emulando a sus conciudadanos en otros países europeos, empiezan a diversificar sus negocios y entonces requerir cada vez más mano de obra. Dado que un extranjero dueño de una tienda, un taller o un restaurante, le es posible pedir la llegada de China de un trabajador cualificado para unirse a su personal. Por lo tanto, es legalmente posible llamar a un pariente o un amigo chino para ir a trabajar a España y por lo tanto hacer posible el sueño de emigrar al joven chino ansioso de una mejora económica y social.
En China, la gente de Zhejiang, en especial Wenzhou y alrededores, son vistos como personas muy emprendedoras, dedicadas al comercio y los negocios. No es de extrañar, que sean ellos los que constituyen el grueso de la emigración china en España.
Hay que decir que los emigrantes de la ciudades más ricas que Qingtian y Wenzhou, tales como Shanghai y Beijing, se pueden contar con los dedos de la mano. Probablemente porque en estas ciudades ya estaban viendo lo que iba a suceder años más tarde.
Pese que al emigrante chino mayoritario en España procede de las zonas rurales de Zhejiang, cabe destacar que los últimos años se está producido un fuerte aumento de estudiantes chinos provenientes de familias con muchos más recursos económicos, pero esto es una historia diferente.
Cómo viven los chinos en España
Ya hemos dicho que los chinos que han logrado emigrar a España, se lo debían especialmente a los familiares y conocidos ya estaban en el país. La primera ola de inmigración en los 80 que tubo la posibilidad de abrir restaurantes, tiendas, talleres y ser capaces de llamar a un pariente como especialista para ir a trabajar a España.
Para un país como China, el sentido de comunidad es un concepto muy importante, ya que se basa en fundamentos culturales sólidos transmitido durante miles de años.
Si la cultura y la literatura europea existe la figura del héroe, que lucha solo y gana guerras o batallas con una miríada de enemigos, en la cultura oriental esta figura no suele existir.
En la literatura china no hay casos de figuras solitarias que deciden el destino del país por sí solos; por el contrario, hay ejemplos de comunidades, grupos o equipos que se mueven casi al unísono para completar su tarea o misión.
Un ejemplo es el famoso «Viaje al Oeste» (西游记), un cuento popular que data de alrededor de año 1600 en la que los protagonistas son cuatro, y no sólo uno, y se unen para hacer un viaje a la India.
Por esta razón la comunidad china en el extranjero es una comunidad muy cercana y muy fuerte, y por la misma razón, en China, en el plano social, el bien de la comunidad viene antes que el individuo.
Esto se deriva en la organización de las empresas chinas, la forma en que tratan a sus empleados, el modo de razonamiento y de relacionarse con las leyes y el gobierno (pero esto es otra historia).
Este fuerte sentido de comunidad se traduce, para el inmigrante en España, en una red muy fuerte de relaciones familiares, amigos y conocidos, lo que permite a una persona acaba de llegar a una ciudad como Madrid, por ejemplo, tener la oportunidad de aclimatarse e inmediatamente encontrar sistemas de apoyo tales como la búsqueda de alojamiento, búsqueda de trabajo, y así sucesivamente.
Al principio, a menudo un alojamiento temporal, tal vez en apartamentos con otros inmigrantes y condiciones generales de higiene pobres. Aunque es probable que sean mucho mejores condiciones que de las de donde viene.
La cuestión del trabajo es también similar, la mayoría de las veces empiezan trabajando en el restaurante de un pariente, o en alguna fábrica textil dirigida por amigos o conocidos.
Esto se debe a los chinos que emigraron a España en los 80, no tenían estudios superiores. Esos son los años en los que la revolución cultural china acaba de terminar, muchos niños de esa generación no tuvieron la oportunidad de asistir a la universidad y empezaron a trabajar muy temprano. Por otra parte la mayoría de los que vinieron luego proceden de las zonas rurales pobres y por tanto probablemente tienen un nivel educativo muy bajo.
Después de algunos años de trabajo y sacrificio, y después de acumular algunos ahorros, hay una oportunidad de comenzar los trámites para la reagrupación familiar con el fin de dar una oportunidad a un pariente chino (generalmente el cónyuge o el hijo mayor) para venir en España.
Entonces, de nuevo gracias a la ardua labor, los sacrificios y la reunificación de un miembro de la familia, muchos chinos en España deciden que es el momento de abrir su propio negocio con el fin de ser más independientes desde el punto de vista económico, y también acelerar el proceso de reunificación de los niños o los cónyuges que se quedaron en casa.
En este punto es donde entra en juego una vez más el fuerte sentido de comunidad. Muchos españoles se preguntan a menudo de dónde vienen los fondos para poder abrir tantas actividades comerciales y muchos piensan en la acción de la mafia china u otros tipos de actividades ilegales.
La verdad es muy simple. Dado el fuerte sentido de comunidad y la amplitud de la red de contactos y amigos que los jóvenes chinos que emigran a España consiguen durante el período de estancia en el país, no les va a ser difícil obtener una serie de préstamos que les permitirán abrir el negocio que desean.
Esta cantidad prestada será devuelta a su debido tiempo una vez que el negocio en cuestión se estabilice, o si algún otro conocido o familiar necesitara ayuda para abrir un negocio. Todo se basa en la confianza y lazos de amistad, debido al hecho de estar en la misma situación y el hecho de que todos vienen del mismo país si no es de la misma ciudad o del mismo barrio.
Obviamente abrir tu propio negocio y reunir una cierta cantidad de dinero no sólo es posible gracias a préstamos de amigos, hay que sumar una buena cantidad de sacrificio personal y trabajo.
Estos sacrificios consisten, por ejemplo, no ir de vacaciones durante el verano, en trabajar todos los días de la semana durante todo el año, comer lo mínimo sin darse demasiados vicios, dormir en apartamentos compartidos con otros chinos en vez alquilar un apartamento, desplazarse a pie y renunciar a comprarse vehículo, comprar ropa de bajo precio, y así sucesivamente.
Teniendo en cuenta que la mayoría de los inmigrantes chinos en España han hecho sacrificios similares, si no peores, se hace difícil creer que no sean capaces de reunir algunos ahorros después de algunos años de trabajo.
Por supuesto, los chinos no son santos: hay también casos de chinos que después de lograr reunir una buena cantidad de dinero gracias a este sistema desaparecen con todo el dinero.
Una vez que han acumulado la cantidad necesaria para abrir su propio negocio, viene la pregunta inevitable: «¿Abro un restaurante, un taller textil, u otro tipo de negocio?»
La respuesta a esta pregunta muy a menudo proviene de la misma comunidad. Puesto que los chinos son una comunidad muy cercana, las diversas historias de éxito empresarial de algunos de sus componentes se transmiten fácilmente a cada uno de sus otros miembros.
Y así es posible saber que en un área determinada, un cierto tipo de negocio da buenos si no excelentes resultados. Con esta información es fácil de determinar el tipo de negocio para empezar.
Durante las últimas décadas se han producido una serie de periodos en los que la mayoría de los empresarios chinos abrirán el mismo tipo de actividad.
El período de los restaurantes chinos, el periodo de los todo a 100, el período de restaurantes japoneses, el periodo de las tiendas de ropa y calzado, el período de los bares, el periodo de la venta al por mayor.
A diferencia del empresario español que tiene mucho más gastos en su bolsillo (tales como hipoteca, días de fiesta, familia, coche, etc.), el inmigrante chino tiene un infinitesimal de los gastos y por lo tanto puede permitirse precios más competitivos y una forma de realizar la actividad con menos prejuicios.
Esto, unido al hecho de que en el mismo periodo de tiempo, muchos otros chinos probablemente han abierto o abrirán el mismo tipo de actividades comerciales, conduce inevitablemente a toda una serie de problemas.
El principal de ellos es el inexorable declive de los precios de ese producto o servicio debido a la gran competencia. A la larga, esta disminución lleva al cierre de algunas actividades comerciales y la rebaja de la calidad de ese tipo de servicio o producto.
Hay que recordar también que el inmigrante chino proviene de una realidad diferente del comerciante español, una realidad a partir de productos de menor calidad o precios totalmente diferentes de las del mercado local. Esto se debe a que en los años 90, China fue uno de los países en los que la producción en serie de varios productos fue uno de los remolques de la economía (y sigue siéndolo).
En un momento en que, por la caída de precios, hace difícil mantener la actividad abierta, el chino cierra la actividad, mira en torno buscando una más rentable y en un periodo muy breve de tiempo abre una nueva. Es por esta razón que en los últimos años los empresarios chinos se han trasladado de sector en bloque.
Futuro y niños: ¿cuál es el camino correcto para ellos?
Con el tiempo debido a el trabajo y los sacrificios es posible que el nivel de vida de los inmigrantes chinos aumente y que los niños se reúnan con la familia en España o en el caso de los jóvenes, que decidan tener hijos en España.
Tener un hijo es siempre una gran responsabilidad, especialmente cuando no vives en tu país de origen. Y siempre esta presente el temor de que los niños no entiendan el pensamiento de los padres y que ellos tomen caminos muy diferentes a los suyos. Especialmente teniendo en cuenta que en la cultura china el padre y la familia son siempre una parte esencial en la vida de cada uno. Esto viene relacionado con el respeto a los mayores y sobretodo a los ancianos, que viene enseñado desde una edad muy temprana.
Otro temor es el relacionado con el lenguaje, dada la complejidad de la lengua china los padres tienen miedo que el futuro niño tendrá dificultades para comunicarse con ellos.
En cualquier caso, después de la llegada de un hijo, los caminos tomados por los inmigrantes chinos seguramente son los siguientes:
Debido a que muchos de los inmigrantes no tienen una alta formación cultural, porque vienen de zonas rurales poco desarrolladas, y por tanto es difícil que tengan algún tipo de educación superior, a los niños se les ve como un recurso a nivel laboral. Son útiles para dar una mano en la actividad comercial de los padres y llegado el momento tomar las riendas. De esta manera, los padres se garantizan un futuro en el que tienen a sus hijos a su lado, y en el que pueden ser apoyados por gente de confianza.
A raíz de este tipo de actitud, los niños son muy a menudo criados en la actividad comercial de los padres. Todos nosotros hemos visto algún negocios chino donde había uno o dos niños que corren en el interior del local.
Estos niños son enviados a realizar la educación obligatoria, pero, tan pronto como terminan, dejan de asistir a la escuela y empiezan a ayudar a los padres en sus negocios.
Así es normal ver muchos chicos de dieciséis o diecisiete años trabajando para ayudar a sus padres, mientras que sus pares españoles suelen continuar sus estudios.
Esta manera de hacer y de pensar se debe al hecho de que muchos jóvenes padres chinos crecieron en la pobreza y sin educación, a sabiendas de que el trabajo duro era más importante que el aprendizaje escolar. Muchos de estos padres crecieron en las zonas rurales de China, y probablemente fueron criados de la misma forma, en un país, China, que en esa época era realmente pobre.
Debido a esto, su creencia en el hecho de que el trabajo manual y la ganancia inmediata son más importantes que el estudio y el trabajo de oficina.
La segunda generación china ha crecido de esta manera, por lo tanto, tienen la oportunidad de aprender a una edad temprana el valor del trabajo y dinero, teniendo una mayor conciencia de la dureza del mundo. Muchos de ellos, tan pronto como alcanzan una edad en torno a los veinte años, se casan, y por tanto siguen el camino de sus padres.
Esto se debe, por un lado existe la presión de los padres a casarse pronto, ya que era una costumbre muy arraigada entre los campesinos chinos, y por otro que a la edad de veintiún años ya han llegado donde debían llegar.
A diferencia de los que están en la universidad y pueden posponer la boda porque es el momento de empezar a buscar trabajo. Los niños chinos a esta edad ya trabajan desde hace muchos años y por lo tanto no tienen necesidad (o escusa) para posponer la boda.
A pesar de trabajar durante años, muchos aún no tienen la capacidad financiera para vivir por su cuenta y, por tanto, una vez casados, terminan viviendo con su familia, en el hogar de sus padres. De esta manera la familia original permanece unida bajo un mismo techo. La otra prerrogativa de casarse pronto es tener hijos pronto, con el fin de satisfacer el deseo de sus padres de convertirse en abuelos.
Convertirse en abuelos es una cosa muy importante en China, en un país donde la familia y tener una edad avanzada son cuestiones clave. De esta manera, los chinos, cuando se convierten en abuelos, pueden presumir a sus familiares que quedaron en China; para algunos es una especie de declaración de su propio éxito.
Ser capaz de ganar un buen dinero en España (gracias al cambio de la moneda favorable), y además tener nietos en un corto período de tiempo es realmente una gran fuente de orgullo para mostrar a su familiares que se quedaron en su patria. Antes de la llegada de Internet, el correo electrónico y WhatsApp, muchos inmigrantes chinos enviaban cartas llenas de fotos de sus nietos a familiares o amigos en China.
Sin embargo hay otra forma de educar a los hijos de inmigrantes chinos en España, aunque es mucho menos adoptada porque las condiciones básicas no están muy presentes en los inmigrantes chinos que llegaron a España.
Hay algunos inmigrantes chinos que fueron en busca de fortuna en España que si poseen estudios superiores, es probable que el proceso de trabajo sea el mismo que los chinos de las zonas rurales, ya que en el momento de su llegada no existían convenios para convalidar sus estudios en España, pero es muy posible que transmitan a sus niños la importancia de los estudios en lugar de trabajar desde una edad temprana.
Esto, sin embargo, implica muchos más sacrificios por parte de los padres, porque no van a conseguir la ayuda laboral por parte de sus hijos.
Los padres, que probablemente tenían padres que a su vez habían tenido la oportunidad de estudiar, se asegurarán de que sus hijos dedican su tiempo a los estudios y, probablemente, intentarán que sus hijos tengan la oportunidad de asistir a la universidad en España. Y así de esta forma puedan tener mejores empleos y oportunidades económicas en el futuro, tanto para sí mismos como para los padres inmigrantes.
En la mente de los padres, el hecho de que los hijos tengan la posibilidades que ellos no tuvieron, es una forma de tener una oportunidad de mejorar las condiciones básicas de la familia. De esta manera se espera que de generación en generación, haya una mejora gradual de las condiciones básicas para que los futuros nietos y bisnietos tengan la oportunidad de crecer en un hogar con un ambiente más cómodo desde el punto de vista económico.
Todo esto se traduce en mayores sacrificios por parte de los padres para asegurarse de que los hijos no tienen que trabajar para ayudarles. Incluso esta forma de ver las cosas es debido a la importancia de la familia en la cultura china y la conciencia de que los sacrificios conducen a mejores cosas a ciencia cierta.
¿Es posible para un inmigrante volver a China?
Después de tantos años en España, hay duda, ¿volver a China o no?
Para los inmigrantes de primera generación, la respuesta es clara y sencilla: Sí. Hay que volver a la fuerza a China. Muchos chinos, cuando piensan que está llegando su hora, deciden volver a casa.
En China hay un dicho, «叶落归根», que se traduciría como «La hoja que cae vuelve a las raíces», lo que significa que, en la edad de jubilación uno debería volver a su hogar.
Los chinos quieren volver a casa para pasar su vejez en un entorno que conocen bien y en el que crecieron.
Sin embargo, hay algunos problemas subyacentes que podrían hacer que la elección sea difícil.
Si los hijos nacen y se crían en España es muy probable que no tengan la voluntad de abandonar el país porque tienen su propia vida. El hijo habrá asistido a la escuela española y tiene amigos o incluso esposa o esposo español. Son situaciones en los que los niños están bien integrados en la sociedad española.
En este caso, es probable que los padres renuncian a su regreso a China para poder estar junto a sus hijos. Sobre todo si en su patria ya no les quedan familiares o amigos, lo que puede ocurrir después de cierta edad.
Y es probable que en este caso soliciten la nacionalidad española y renuncian a su nacionalidad de origen (los chinos no pueden tener doble nacionalidad).
El otro caso es cuando los hijos no sido educados en España, sino en China, y por lo tanto tienen más afinidad con el mundo chino, si los niños no han aprendido plenamente español y no se sienten integrados o no quieren integrarse en la sociedad española.
Los inmigrantes de este tipo pueden volver a China en cualquier momento, llevando con ellos sus hijos y el ahorro acumulado a lo largo de su estancia en España y con la esperanza de abrir su propio negocio en su propio país. País cuya economía ha mejorado en gran medida, mientras estaban en el extranjero y que ahora ofrece muchas más posibilidades que cuando tuvieron que emigrar.
Para terminar una curiosidades
Después de esta explicación, se puede refutar la una popular leyenda urbana sobre la comunidad china: «¿los chinos nunca mueren? No se ven funerales o lápidas de chinos en los cementerios?«.
La realidad es muy simple: en España sólo hay alrededor de 200.000 chinos y se encuentran dispersos en todo el país.
Su edad media es bastante baja debido a que la afluencia de chinos de primera generación tuvo lugar entre los años 80 y principios de los años 90 (y sobretodo a principios de este siglo), época en que estos chinos tenían un máximo de treinta años, jóvenes que tenían la ambición de una mejora social y económica.
Esto significa que en la actualidad, estos chinos tienen un máximo de sesenta años de edad, por lo que es difícil que hayan fallecido de muerte natural.
Excluyendo todas aquellas personas mayores que por una razón u otra vuelven a China, y teniendo en cuenta la bajísima edad media de los residentes chinos (un 81% tiene menos de 45 años mientras que en la población española es del 52%), podemos entender por lo qué no es probable estadísticamente que seamos testigos de un funeral de chinos en España.
Photo Credits: Fondo7 by Daniel Torrejon Martinez